Brasil niega que bloquee entrada de inmigrantes africanos por temor a ébola

  • Las autoridades migratorias brasileñas negaron hoy que les estén cerrando la puerta a inmigrantes africanos que intentan ingresar al país por la Amazonía, por temor de que puedan ser portadores del virus del ébola.

Río de Janeiro, 10 sep.- Las autoridades migratorias brasileñas negaron hoy que les estén cerrando la puerta a inmigrantes africanos que intentan ingresar al país por la Amazonía, por temor de que puedan ser portadores del virus del ébola.

La aclaración fue hecha en un comunicado por la Policía Federal brasileña, responsable del control fronterizo, ante versiones de prensa de que sus agentes están bloqueando a inmigrantes procedentes de África en el estado de Acre, en la frontera con Perú y Bolivia, por temor a infectarse de una enfermedad que ha provocado la muerte de 2.288 en ese continente.

"La Policía Federal aclara que la atención al control migratorio en el estado de Acre funciona normalmente y que no hay ninguna orden para restringir el acceso de africanos a territorio nacional", según el comunicado.

El organismo informó igualmente de que adoptará las medidas disciplinarias necesarias en caso de que constate que alguno de sus agentes ha incurrido en "irregularidades" en la atención de los inmigrantes africanos.

"Hay que destacar igualmente que el Ministerio de Salud descartó el riesgo de contaminación del virus Ébola en Brasil", añade la nota.

El estado amazónico de Acre se ha convertido en los últimos años en la principal puerta de entrada a Brasil de miles de inmigrantes haitianos y de países africanos que buscan refugio y trabajo en la mayor economía de América Latina.

Estos inmigrantes hacen un viaje de hasta dos semanas y pasan por países como Panamá, Ecuador, Perú y Bolivia antes de llegar a la Amazonía brasileña, en donde las autoridades locales les ofrecen alimentación y alojamiento mientras regularizan su situación en el país y los envían a ciudades en las que les ofrecen trabajo.

En los últimos años, Brasil ha ofrecido el estatus de refugiado a estos inmigrantes, que son contratados principalmente por constructoras y procesadores de carne de pollo del sur de Brasil que necesitan de mano de obra barata.

Algunas ciudades de Acre en la frontera con Perú, como Brazilandia, vivieron a comienzos de este año una grave crisis debido a que sus albergues llegaron a contar con casi 2.500 inmigrantes, casi el 20 % del total de su población.

En los últimos días, sin embargo, surgieron denuncias de algunos inmigrantes africanos, especialmente los procedentes de Senegal, Nigeria y Sierra Leona, tres de los países azotados por la actual epidemia de ébola, de que sufren barreras y discriminación al intentar atravesar la frontera.

Los africanos dicen sufrir discriminación hasta de inmigrantes de otros países con los que comparten alojamientos en Acre.

Según el diario O Globo, algunos de los agentes de la Policía Federal que trabajan en la aduana en Acre han amenazado hasta con declararse en huelga por el temor a tener que atender posibles portadores del virus del ébola.

Agentes consultados por el diario de Río de Janeiro se quejan de que las autoridades sanitarias de Brasil hasta ahora no han adoptado ninguna medida preventiva con respecto a los inmigrantes que entran por la Amazonía procedentes de países afectados por el ébola.

"No contamos con ningún tipo de entrenamiento para tratar a alguien que presente los síntomas de la enfermedad", dijo el presidente del Sindicato de Policías Federales de Acre, Franklin Albuquerque, en declaraciones a O Globo.

El gobernador de Acre, el médico Tiao Viana, afirmó haber solicitado apoyo del Gobierno federal de Brasil debido a que, por tener un clima similar al de África, existe un riesgo epidemiológico en esa región amazónica.

Según datos de la Policía Federal, mientras que en el 2000 vivían en Brasil 1.054 inmigrantes africanos de 38 nacionalidades, ese número saltó en 2012 a 31.866 ciudadanos de 48 de los 54 países de África.

La mayoría procede de países de lengua portuguesa, como Angola y Cabo Verde, con 11.027 y 4.257 ciudadanos, respectivamente, hasta 2012.

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