Brasil saca músculo climático

  • El país amazónico ya no habla en público como un país emergente. El despeque de su economía le ha puesto en el primer plano del debate mundial.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva
Sara Acosta / Copenhague
Sara Acosta / Copenhague

El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ya está en Copenhague. Este jueves intervendrá en la sesión plenaria de la cumbre. Compartirá atril con los presidentes de otros países para transmitir las aspiraciones de Brasil en materia climática. La delegación brasileña presente en Copenhague alcanza 750 personas, una de las más numerosas. Miembros del Gobierno, organizaciones sociales y empresas acompañan a Lula y a sus objetivos climáticos, que poco a poco han ido cobrando fuerza e influencia.

Brasil ya no habla en público como un país emergente. El despegue de su economía y su apuesta por los agrocombustibles han propulsado este país amazónico al centro del debate, al mismo nivel que la Unión Europea y Estados Unidos.

Mañana en Copenhague Lula defenderá su apuesta política por los combustibles de origen fósil, un sector que ha crecido cerca de un 150% en los últimos dos años. Además, Lula tiene propuestas en firme que ofrecer en Dinamarca. El Gobierno llega con los deberes hechos. El Ejecutivo se ha fijado como meta reducir sus emisiones de aquí a 2020 en una horquilla del 36,1% al 38,9%, gracias a un menor ritmo de deforestación de la Amazonia.

Además, Brasil se ha comprometido a frenar esta lacra, una de las primeras causas de emisión de gases contaminantes, en un 80%. Ambas medidas son voluntarias, ya que ningún acuerdo obliga por el momento a los países emergentes a adoptar medidas vinculantes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Lula dice estar convencido de que estas medidas son un mensaje a China y Estados Unidos, los dos países que tienen la negociación en vilo. Sin duda, serán escuchadas y tomadas en cuenta.  

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