Y del padre

Continúa la búsqueda de Anna en el mar, tras encontrar el cuerpo de Olivia

El buque Ángeles Alvariño no ha parado en el rastreo del fondo marino donde se encontró a la mayor de las niñas desaparecidas en Tenerife dentro de una bolsa y amarrada al ancla a 1.000 metros de profundidad. 

Búsqueda de Anna y Olivia
Búsqueda de Anna y Olivia
EFE

No hay descanso. El operativo de búsqueda de las pequeñas Anna y Olivia, desaparecidas en Tenerife, continúa rastreando el fondo marino después de que ayer por la tarde se conociera la peor de las noticias: encontraron el cuerpo de la mayor. La Guardia Civil y el buque oceanográfico no ha parado en toda la noche y buscan ahora al padre, Tomás Gimeno, y a la niña pequeña. El cuerpo de Olivia estaba en el interior de una bolsa de deporte amarrada a un ancla a 1.0000 metros de profundidad a tres millas de la costa tinerfeña. 

Consternación tras encontrar el cuerpo de Olivia, después de más 40 días

El hallazgo cumple los peores pronósticos sobre el paradero de las pequeñas y rompe las esperanzas de una madre, Beatriz, que siempre defendió la tesis de la fuga. Incluso hasta después de que el lunes fueran encontrados una botella de aire comprimido y una funda de edredón perteneciente al padre, Beatriz siempre defendió que se trataba de pruebas falsas que su expareja y padre de las niñas, Tomás G., había dejado para enmascarar una fuga con las niñas a otro continente.

La noticia surgió sobre las 19:00 horas cuando la Delegación del Gobierno en Canarias comunicó el hallazgo por parte del buque oceanográfico de unos restos humanos que podrían corresponder a una menor. El cuerpo fue hallado a unos 1.000 metros de profundidad en el interior de una bolsa de deportes lastrada en el fondo del mar por un ancla. Junto con esta bolsa se encontró otra pero vacía.

Las niñas fueron vistas por última vez el 27 de abril cuando su padre Tomás G. no las devolvió a Beatriz a las 21:00 horas como tenía pactado. Esa noche, las cámaras de la Marina de Santa Cruz de Tenerife grabaron a Tomás G. cargando en su lancha varias bolsas y zarpando una primera vez para volver dos horas después, aparentemente sin los bultos, para cargar un móvil.

En ese tiempo habló varias veces con Beatriz, a la que advirtió de que nunca más volvería a ver a las niñas ni a él tampoco. Su rastro se pierde una vez que vuelve a zarpar en su lancha que fue hallada al día siguiente frente a las costas del municipio de Güímar y ahí comenzó una intensa búsqueda que continúa hoy.

En este tiempo los investigadores han mantenido abiertas varias hipótesis aunque nunca han sido demasiado optimistas en cuanto a la resolución del caso. Por ello el pasado 30 de mayo se sumó a la búsqueda el buque oceanográfico Ángeles Alvariño para rastrear un fondo marino con una difícil orografía por su origen volcánico.

Dotado con un sonar y un robot submarino, el buque ha rastreado a profundidades de 1.000 a 2.000 metros y cuando estaba a punto de culminar sin hallazgo su operativa en este caso, se encontraron la botella de buceo y la funda de edredón por lo que se decidió que continuara por lo menos hasta el 14 de junio.

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