Paralelamente, el gobierno federal austriaco anunció su intención de modificar la Constitución para introducir cuotas de acogida de demandantes de asilo en los Lander (Estados federados), la reticencia de algunos de ellos a acoger emigrantes ha sido la causa de la saturación del centro de Traiskirchen.
"La situación en materia de higiene es dramática en razón de una superpoblación manifiesta", indicó el viernes Erwin Pröll, gobernador de la provincia de Baja Austria donde se encuentra el centro, subrayando en un comunicado que había decretado la suspensión de las admisiones.
Una comisión médica que acudió en los últimos días al centro consideró efectivamente que "la situación médica e higiénica imponen" una medida de ese tipo, insistió Pröll.
El centro, con una capacidad inicial para 1.800 personas, acoge en este momento a más de 4.000 emigrantes, de los cuales 2.300 no disponen de una cama y deben dormir al raso en ciertos casos.
Las autoridades federales, que prevén la entrada de 70.000 nuevos emigrantes este año tras los 28.000 de 2014, quiere imponer a los gobiernos locales una cuota de acogida de entre el 1 y el 2% de la población.
A Austria, un país de 8,5 millones de habitantes, llegan cada día a centenares de emigrantes, la mayoría de Siria, Irak y Afganistán, a través de Turquía, Serbia y Hungría.
Pero frente a las quejas de Viena, que asegura recibir "diez veces más" de demandas de asilo que Grecia e Italia juntas (en relación al número de habitantes), las oenegés muestran su indignación por que este país rico, con sobrada capacidad hotelera, no ofrezca medidas de alojamiento decentes a todos los demandantes de asilo que llegan a su territorio.
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