Chinchilla, Atocha, Santiago... Otra vez el tren

  • El tren es seguro y las estadísticas de accidentes lo constatan. Pero hoy, tras la tragedia de Santiago de Compostela, nada más y nada menos que en la víspera del patrón de Galicia, la memoria de los españoles ha revivido otras escenas dantescas que desgraciadamente tuvieron como protagonista el tren.

Sagrario Ortega

Madrid, 25 jul.- El tren es seguro y las estadísticas de accidentes lo constatan. Pero hoy, tras la tragedia de Santiago de Compostela, nada más y nada menos que en la víspera del patrón de Galicia, la memoria de los españoles ha revivido otras escenas dantescas que desgraciadamente tuvieron como protagonista el tren.

Todavía no se ha confirmado oficialmente la causa que ha provocado el descarrilamiento del tren Alvia en las inmediaciones de la capital de Galicia, pero las primeras fotografías y declaraciones de algunos testigos han vuelto la mirada a la fecha más negra del calendario ferroviario de España, al menos en este siglo: el 11 de marzo de 2004 en Madrid.

De hecho, según fuentes policiales, la gravedad del accidente, impensable para muchos en una tecnología punta en España y espejo en el que mirarse países más desarrollados como Estados Unidos, ha obligado a activar en un primer momento la alerta antiterrorista.

Independientemente de las causas, que no tardarán en conocerse, el accidente de Santiago ha vuelto a confirmar el espíritu solidario de los españoles.

El mismo que mostraron ese 11 de marzo de 2004, en esta ocasión por una acción terrorista, para ayudar a las víctimas de las explosiones en los trenes de Cercanías que en las estaciones madrileñas de Atocha, el Pozo del Tío Raimundo y Santa Eugenia segaron la vida de 191 personas.

No había entonces Twitter, pero esta noche en la red social, usada ya por un gran número de internautas, la solidaridad de los españoles y la gratitud a los servicios de emergencia se ha expresado una y otra vez en 140 caracteres.

Hay que remontarse al régimen franquista para recordar el accidente ferroviario más grave de España. El tren, precisamente, se dirigía a Galicia desde Madrid y cerca de la estación leonesa de Torre del Bierzo cuando el correo expreso chocó contra una locomotora y provocó alrededor de 500 muertos.

La cifra exacta se silenció por la censura del régimen, pero a nadie le cabe duda de que fue el siniestro ferroviario más grave en número de muertos, incluido los atentados del 11M, aunque lógicamente estos no pueden considerarse accidente.

Imposible de olvidad otro accidente, el de Chinchilla (Albacete) en 2003, más que por el número de muertos (19) por el estado en el que quedaron los vagones de los dos trenes que chocaron en un tramo de vía única -un Talgo y un convoy de mercancías- y, sobre todo, por el de los cuerpos de las víctimas.

Restos humanos calcinados que la Guardia Civil recogió entre las vías y los vagones y amasijos de hierro que ardieron a 1.800 grados de temperatura.

Todo ello forma parte de la historia negra del tren en España, pero también de la diligente labor de los servicios de emergencia y de la solidaridad de los españoles, esta noche de nuevo patente.

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