Un equipo de investigadores delInstituto de Microelectrónica de Barcelona del CSIC, en el campus dela Universidad Autónoma de Barcelona, ha desarrollado un biosensorque permite la detección del virus de inmunodeficiencia humana (VIH)en una hora.
Este sistema de detección se basa en una enzima modificadagenéticamente y una pequeña red de microelectrodos, una combinaciónque posibilita realizar el análisis en tan corto espacio de tiempo yque se prevé poder introducir en el sistema sanitario el año queviene.
Se trata de un trabajo realizado desde la Sala Blanca delInstituto de Microelectrónica -un recinto con atmósfera totalmentecontrolada para crear sensores químicos y biológicos a escala microy nanométrica- que acaba de ampliar sus instalaciones y que hoymismo ha inaugurado la ministra de Ciencia y Tecnología, CristinaGarmendia.
El reducido tamaño de este nuevo bionsensor, así como su bajocoste, resulta muy útil en áreas geográficas apartadas y conrecursos médicos insuficientes, y es una tecnología que puedeutilizarse para detectar otras infecciones víricas, como la fiebreaftosa, la peste porcina y la hepatitis B y C, ha explicado elpresidente del CSIC, Rafael Rodrigo, que ha asistido a lainauguración.
Un biosensor que controle el azúcar
En la misma línea, otro equipo del CSIC que trabaja en esteámbito está dirigiendo la parte española de un proyectointernacional para desarrollar biosensores de glucosa implantables,para lo que están creando un sensor subcutáneo "ultrasensible" quecontrole el nivel de azúcar de los pacientes cada 10 o 15 minutos.
El sensor transmite esos datos al teléfono móvil del paciente, acualquier otro dispositivo conectado a Internet o al centrosanitario donde se archive su histórica clínica, e incluso le indicalas acciones a seguir, como ingerir alimentos o la dosis de insulinaadecuada si se detecta una concentración alta o baja de azúcar en lasangre.
Alonso también confía en que este biosensor pueda utilizarse yaen 2010, una vez que se hagan las correspondientes pruebas con losmicrochips subcutáneos.
1.500 metros cuadrados para la investigación
Éstos son sólo dos ejemplos de las investigaciones que se estándesarrollando desde la Sala Blanca del Instituto de Microlectrónicade Barcelona -Centro Nacional de Microelectrónica- laboratorio queacaba de doblar su superficie hasta los 1.500 metros cuadrados y queforma parte de la red de Infraestructuras Científicas y TecnológicasSingulares del ministerio, ha explicado la propia Garmendia.
La "sala", donde el Ministerio ha invertido 23 millones de euros,desde 2005, cuenta con un equipo fijo de 33 personas, permite a loscientíficos desarrollar sensores químicos y biológicos, ydispositivos implantables a escala micro y nanométrica, como módulosmicrochip y dispositivos ópticos.
Estos trabajos requieren extremas condiciones de estabilidad ypureza del ambiente -los científicos deben entrar con mascarilla ybatas asépticas- ya que sus resultados deben tener la máximafiabilidad de cara a la aplicación industrial de sus resultados.
La infraestructura cuenta con unas instalaciones de cerca de7.000 metros cuadrados, de los que algo más de 1.500 corresponden ala sala blanca.
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