Colesterol, diabetes y tabaquismo pueden contribuir a alzheimer, según Fuster

  • El director del centro de Cardiología del Hospital Mount Sinai de Nueva York, Valentín Fuster, ha avisado hoy que factores de riesgo clásicos como hipertensión, diabetes, colesterol elevado y tabaquismo pueden ser causa fundamental de la degeneración cerebral e, incluso, contribuir al alzheimer.

Barcelona, 18 feb.- El director del centro de Cardiología del Hospital Mount Sinai de Nueva York, Valentín Fuster, ha avisado hoy que factores de riesgo clásicos como hipertensión, diabetes, colesterol elevado y tabaquismo pueden ser causa fundamental de la degeneración cerebral e, incluso, contribuir al alzheimer.

En declaraciones a los periodistas en Barcelona, donde ha intervenido en el simposio Nuevas fronteras para la prevención cardiovascular del ICTUS, Fuster ha subrayado que, a partir de las nuevas investigaciones, cada vez está más claro que "hablar del corazón y olvidarse del cerebro es un error importantísimo".

Fuster, uno de los cardiólogos con una mayor reputación, ha señalado que los últimos avances han permitido descubrir que las enfermedades degenerativas cerebrales tienen un componente importante que hasta ahora se desconocía, que son unas "pequeñas arterias" que nutren al cerebro y que ya se pueden visualizar con las nuevas tecnologías de imagen.

Según Fuster, los factores de riesgo clásicos, como el colesterol elevado, la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo, afectan a estas "pequeñas arterias", y ello puede ser una de las "causas fundamentales" de la degeneración cerebral "e incluso contribuir a la enfermedad del alzheimer".

Por este motivo, ha reconocido que han tenido que dar un cambio radical a su visión como especialistas: "como cardiólogos tenemos que ir a la cabeza".

Fuster ha insistido además en la importancia de combatir la "epidemia" de la obesidad, ya que, según ha advertido, en España actualmente más del 15% de los niños y niñas de hasta 15 años son obesos, aunque este porcentaje no para de crecer y ya se acerca al 20%.

Valentín Fuster ha hecho estas declaraciones tras participar en Barcelona en un simposio que reúne en la capital catalana a más de 700 especialistas para analizar nuevas vías de prevención del ictus con nueva generación de anticoagulantes y para concienciar a la población de la importancia de llevar una vida sana para evitar las embolias.

Fuster es uno de los ponentes de las jornadas, que reúne hasta mañana neurólogos, cardiólogos y médicos bajo el título "Nuevas fronteras en la prevención cardiovascular del ictus: Súmate a la revolución".

El doctor Jaime Masjuan, coordinador del Grupo de Estudios Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología y ponente en las jornadas, ha recordado, en declaraciones a Efe, que los ictus tienen un efecto "devastador" en la sociedad.

El ictus es la tercera causa de muerte en hombres y la primera en mujeres, principalmente porque ellas viven más años y las probabilidades de padecer un infarto se elevan exponencialmente a partir de los 80 años.

Además, los infartos cerebrales suponen una gran carga social porque son la primera causa de los casos de demencia.

"Por muy pequeño que sea el ictus, siempre deja alguna secuela; en casos leves puede provocar, por ejemplo, dificultades para leer bien, lo que puede derivar en una incapacidad indefinida para trabajar", subraya Masjuan.

Según este especialista, una vida sana de joven es determinante para reducir los ictus en la vejez.

Una persona que padezca hipertensión, sobrepeso, fume y no haga ejercicio antes de los 40 años tiene un 50 por ciento de posibilidades de sufrir un infarto cerebral.

Sin embargo, si supera la barrera de los 40 sin tener ninguno de estos factores de riesgo, la posibilidad de que padezca un ictus se reduce a un 5 por ciento.

El ictus, también conocida como accidente cerebro vascular, embolia o trombosis, es una enfermedad cerebrovascular y que afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro.

Como guarda mucha relación con el corazón, una de las mejores maneras de prevenirlo es a través de los anticoagulantes en los casos en los que hay riesgo de embolia.

Las jornadas que se celebran hasta mañana en Barcelona tienen como fin concienciar sobre la necesidad de aumentar la prevención cardiovascular del ictus y exponer una nueva generación de anticoagulantes mucho menos agresiva que se comercializa en España desde el pasado noviembre.

Esta nueva generación de medicamentos se calcula que reduce en un 36 por ciento los riesgos de padecer ictus.

Durante décadas se ha tratado a los pacientes con anticoagulantes que tenía numerosos efectos secundarios y que limitaban la calidad de vida, lo que en algunos casos frenaba a los cardiólogos a la hora de recetarlos de forma preventiva.

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