Confiados, los rebeldes esperan la victoria a las puertas de Bani Walid

  • Sentado a la sombra de un desvencijado antiaéreo, Ahmad Ali al Wafali, fuma con parsimonia y cierta presunción mientras otea en el horizonte las primeras casas de la ciudad de Bani Walid, una de las que todavía resisten el avance rebelde.

Javier Martín

Bani Walid (Libia), 4 sep.- Sentado a la sombra de un desvencijado antiaéreo, Ahmad Ali al Wafali, fuma con parsimonia y cierta presunción mientras otea en el horizonte las primeras casas de la ciudad de Bani Walid, una de las que todavía resisten el avance rebelde.

Miembro del batallón rebelde "28 de mayo", este joven de 28 años, piel polvorienta y pelo encrespado, es ya todo un veterano en estas lides.

Cuenta que desde que a principios de marzo escondió su uniforme de la Policía libia, ha combatido en Zintan, Misrtata, Trípoli y Bab al Aziziya, donde dice que cogió el fusil AK-47 que ha marcado con el nombre de su tribu: los Wafala.

"Si dios quiere hoy tomaremos Bani Walid (a 120 kilómetros al sudeste de Trípoli), y después, seguiremos nuestro camino hacia Sebha (a un 650 kilómetros al sur de la capital). Así hasta que liberemos toda Libia y la limpiemos de ratas", explica a Efe bajo el sol abrasador del desierto.

Han pasado varias horas desde que expirara el ultimátum dado por los rebeldes a la ciudad para que se rindiera, pero en el frente norte de la ciudad reina la calma.

Los rebeldes pasean entre las metralletas instaladas en viejas furgonetas garabateadas con los signos de la revolución, se refrescan, cuchichean, municionan las armas y observan con cierta tensión los movimientos de sus oficiales.

Nadie confirma nada, pero los rumores apuntan a que el diálogo prosigue y que, mientras se atan los últimos flecos, varias unidades han salido ya para limpiar las calles de mercenarios escondidos y garantizar una entrada rebelde libre de francotiradores.

Tampoco se ofrece información exacta de cuántos presuntos gadafistas podrían estar todavía atrincherados en esta empobrecida ciudad situada en las puertas del desierto y cuna de la tribu Wafala, una de las más grandes del país.

Tampoco se sabe si son ciertas las noticias que sugieren que en sus asediadas calles se hallan ocultos el propio coronel Muamar al Gadafi o su belicoso hijo Saif al Islam, al mando de su fuerza de elite y los ministros todavía fieles.

"No sabemos cuánta gente hay. Se está negociando, pero nosotros no sabemos nada. Estamos a la espera de lo que nos digan sus superiores", explica el comandante Anis Mohamad, miembro de la "Katiba Trípoli", considerada la fuerza de elite de los rebeldes.

Vestido con un uniforme de camuflaje, limpio y bien planchado, el joven oficial se muestra confiando en que todo acabe este domingo, con bien y sin derramamiento innecesario de sangre.

"No creo que el alto el fuego se extienda más. Ya lo han utilizado para aprovisionarse, y algunos quizá para escapar", señala a Efe.

La eventual caída de Bani Walid, uno de los vértices del triángulo de la resistencia junto a la ciudad desértica de Sebha y la costera de Sirte, cuna del dictador, es contemplada por el mando militar rebelde como el punto de inflexión definitivo para el fin del conflicto armado.

Los rebeldes creen que, aunque finalmente en ella no se atrape al propio Gadafi, o alguno de sus hijos, su rendición tendrá un efecto dominó con el resto de bastiones rebeldes, en particular Sirte y Juhafra.

Apoyado sobre su kaláshnikov, Ahmad al Wafali, que tiene colegas de tribu tanto en Bani Walid, como en Sebha y Sirte, cree que aún así seguirán con los combates durante meses, hasta que el dictador que los ha oprimido y los ha empobrecido no esté muerto o entre rejas.

"Después de Bani Walid, adelante, adelante por el desierto hasta Sebha. No importa dónde esté, dónde quiera esconderse, no tiene escapatoria", insiste.

Cuando se le pregunta qué hará después, una vez que la guerra haya concluido, no duda.

Entierra su colilla junto a un casquillo de bala en la arena y asegura: "me limpiaré, me afeitaré, me cortaré el pelo, me pondré mi uniforme de Policía y volveré a mi trabajo".

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