Congreso brasileño clausura sesión por 50 años del golpe en medio de polémica

  • La Cámara de Diputados de Brasil concluyó hoy en forma abrupta una sesión en repudio a los 50 años del último golpe militar, en momentos en que se aprestaba a tomar la palabra el legislador Jair Bolsonaro, un reconocido defensor de la dictadura.

Brasilia, 1 abr.- La Cámara de Diputados de Brasil concluyó hoy en forma abrupta una sesión en repudio a los 50 años del último golpe militar, en momentos en que se aprestaba a tomar la palabra el legislador Jair Bolsonaro, un reconocido defensor de la dictadura.

Bolsonaro, un exmilitar del Partido Progresista (PP) que siempre ha calificado los 21 años que duró el régimen castrense como una época de "orden y progreso", se dirigió a la tribuna en medio de los abucheos del resto de los parlamentarios, que le dieron la espalda cuando iba a comenzar su pronunciamiento.

"Compañera en armas", llegó a decir Bolsonaro, en lo que pudiera ser una alusión a los vínculos que la actual presidenta brasileña, Dilma Rousseff, tuvo en su juventud con grupos que se alzaron contra la dictadura, y el abucheo cobró una dimensión mayor.

La enorme mayoría de los parlamentarios se mantuvo de espaldas al orador, que aún así insistía en dirigirse al pleno.

En medio de sonoras protestas, muchos mostraron carteles con rostros de desaparecidos y muertos durante el régimen militar, que hace hoy 50 años derrocó al entonces presidente Joao Goulart.

El diputado Amir Lando, del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), quien presidía la sesión, instó a los parlamentarios a escuchar a Bolsonaro, aún cuando lo repudiaran.

"La democracia es así. Es conflicto, es diálogo, es debate, y en democracia todos deben ser oídos", declaró Lando, quien advirtió que las normas del Parlamento no permiten que una sesión continúe si el plenario la da la espalda a un orador.

Frente a la insistencia de quienes protestaban contra Bolsonaro, Lando decidió entonces clausurar la sesión, que había sido convocada para manifestar el "repudio" de la clase política al golpe del 1 de abril de 1964, que instaló una dictadura que se prolongó hasta 1985.

La sesión había sido inaugurada por el presidente de la Cámara baja, Henrique Eduardo Alves, quien manifestó su rechazo a "todo intento por celebrar el golpe" y sancionó un decreto parlamentario que instituye el 2014 como "Año de la Democracia, la Memoria y el Derecho a la Verdad"

Durante la sesión, un reducido grupo de personas irrumpió en una de las tribunas de la cámara con un cartel que decía "Felicidades militares. Gracias a ustedes Brasil no es Cuba", que fue recibido con protestas por la mayoría de los parlamentarios y activistas de izquierda que asistían al acto.

En su discurso, Alves recordó que, durante los 21 años que duró el régimen militar, el Congreso fue "cerrado tres veces", en 1966, 1967 y 1977.

En un breve repaso histórico, también evocó la memoria de cientos de parlamentarios "perseguidos" por la dictadura, de aquellos que fueron proscritos por el régimen y de otros que fueron asesinados o torturados.

La diputada Luiza Erundina, una de las primeras oradoras, exigió la derogación de una polémica Ley de Amnistía que el propio régimen militar dictó en 1979, cuya constitucionalidad fue refrendada en 2010 por la Corte Suprema, con lo que sigue en vigor.

"La revisión de la amnistía es una cuestión de respeto a la dignidad humana", declaró Erundina, del Partido Socialista Brasileño (PSB), y aseguró que, debido a esa ley, "el derecho a la verdad y la justicia continúan vedados" cinco décadas después del golpe.

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