Jerusalén, 23 ene.- La localidad cristiana de Bet Yala, cercana a Belén, en Cisjordania ocupada, se prepara para celebrar el viernes la que podría ser su última misa al aire libre en espera de lo que dictamine la próxima semana el Tribunal Supremo israelí sobre la construcción del Muro que confiscará parte de sus tierras.
Durante años, la comunidad cristiana de Bet Yala ha organizado misas al aire libre cada viernes para protestar contra la anexión de su tierra por parte de Israel a través de la construcción del Muro, que está previsto rompa en dos la zona conocida como el valle del Cremisán.
Este área, una de las últimas zonas verdes del distrito de Belén, pertenece a 58 familias cristianas y a la Iglesia católica, que posee propiedades en el valle.
Según un comunicado enviado por fuentes palestinas, los afectados esperan que el Tribunal Supremo israelí se pronuncie el próximo miércoles sobre la construcción del Muro.
"Lo que estamos intentando es que el Muro no sea construido en nuestra tierra, que lo hagan sobre la suya", explicó a Efe uno de los curas originarios de la localidad, Ibrahim Shomali.
El religioso lamentó el hecho de tener que recurrir a una autoridad judicial que los palestinos no reconocen como propia y la paradoja de hacerlo: "No esperamos nada del tribunal israelí, que no es el nuestro (...) Estamos en una situación en que nuestro enemigo es nuestro juez".
Se espera que además de autoridades cristianas se sumen al acto-denuncia del viernes representantes de autoridades ortodoxas y luteranas.
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