De 'Erasmus' en Pyongyang: un estudiante europeo narra su semestre en Corea del Norte

Su padre solía bromear con mandarle a Corea del Norte si no se decidía a donde ir de año sabático. Y, tras pensárselo mucho, Alessandro Ford, que estudia en Bélgica, decidió que eso era lo que quería hacer.

Ha sido el primer occidental en estudiar en una universidad norcoreana. Ahora, el joven ha explicado al diario The Guardian cómo pasó, entre agosto y diciembre del año pasado, seis meses estudiando en una universidad poco habitual: la UniversidadKim Il-sung, en Corea del Norte.

El joven de 18 años consiguió la complicada logística de matricularse en la universidad gracias a su padre,Glyn Ford, exmiembro el parlamento europeo, que ha realizado viajes anteriormente al país y aboga por abrir relaciones con la nación.

Así, en agosto de 2014, Ford se encontró matriculado en la universidad. Iba a clase junto a hijos de dirigentes y altos cargos dentro del partido comunista coreano o del ejército: la élite de Pyongyang. Describe la universidad como 'espartana'a The Guardian, con instalaciones básicas, "solíamos bañarnos todos juntos, estilo romano". En invierno, cuando se llegaban a temperaturas de -20ºC, se quedaron sin agua fría durante dos semanas. Ford pagó 3.000 libras por cuatro meses de clases, en los que se incluían comidas y vivienda.

Aunque Ford no cree que sus compañeros de clase tuvieran el 'cerebro lavado', sí que defendían a Corea, creyendo firmemente que era un país empobrecido por la persecución de EEUU. Había también otras diferencias con occidente. Así, sus compañeros solían cuestionar las letras de canciones, como las del rapero Eminem, "¿por qué rapea sobre si mismo, sexo y drogas? Debería estar haciendo música sobre su familia y su país", aseguraban. "Por lo que vi y lo que me contaron, los coreanos del Norte son más puritanos. Es una cultura de 'nada de sexo antes del matrimonio' y no se lleva lo de ir a escondidas".

Ford también narra cómo era vigilado constantemente, algo que esperaba, pero que "a veces se convertía en algo bastante sofocante. Los coreanos no tienen sentido del individualismo, ni entienden la necesidad de la soledad en la cultura occidental".