Desde la sencillez de una mesa, Haití promueve su turismo contra la pobreza

  • Un rincón multicolor en el XIX Congreso Interamericano de Turismo, en San Salvador, acoge una pequeña exhibición de Haití, el único país que muestra su oferta turística en este cónclave como parte de su estrategia para recuperarse del desastre que sufrió por el terremoto de 2010.

Luis Alfredo Martínez

San Salvador, 30 sep.- Un rincón multicolor en el XIX Congreso Interamericano de Turismo, en San Salvador, acoge una pequeña exhibición de Haití, el único país que muestra su oferta turística en este cónclave como parte de su estrategia para recuperarse del desastre que sufrió por el terremoto de 2010.

"No somos el más terrible país del mundo", dijo a Efe el director general del Ministerio de Turismo de Haití, Daniel Fouchard, uno de los encargados de la exhibición, instalada en una mesa junto a la entrada al Congreso, que finaliza hoy tras dos días de debates.

El objetivo "del Gobierno del señor Michel Martelly es hacer una nueva imagen de Haití", explicó Fouchard, rodeado de artesanías, folletos, revistas y libros ilustrados sobre la riqueza cultural y turística de su país, el más pobre de América.

Y a tono con el gran objetivo del Congreso Interamericano de hacer de la industria turística un arma contra la pobreza en las Américas, el Gobierno haitiano "ha tomado la decisión de usar el turismo para el aumento del Producto Interior Bruto (PIB)", dijo.

El terremoto del 12 de enero de 2010 en Haití causó 300.000 muertos, un número similar de heridos y 1,5 millones de desplazados, además de la destrucción del 60 % de las infraestructuras del Gobierno, daños en unas 200.000 casas y pérdidas por 7.800 millones de dólares, equivalentes al 120 por ciento del PIB de 2009.

"El presidente Martelly nos mandó a hacer una presentación porque él tiene una idea para promover nuestro país: considera el turismo como uno de los factores más importantes para el desarrollo del país", recalcó Fouchard.

Solo Haití tiene una muestra en el XIX Congreso Interamericano de Turismo, uno de los más antiguos foros de las Américas, instituido en 1939, y en el que participan dos centenares de representantes de 25 países, empresas privadas y organismos internacionales.

El Ministerio de Turismo de El Salvador, promotor del Congreso junto a la Organización de Estados Americanos (OEA), ofreció a todos los países participantes la instalación de pabellones, pero no aceptaron, posiblemente por razones de logística, explicó a Efe una fuente de la entidad salvadoreña.

Pero Haití no dejó pasar la oportunidad y aceptó, aunque solo se le dio una mesa, porque "es una ocasión única" para promoverse, subrayó Fouchard.

Relató que apenas llegaron a la sede del Congreso preguntaron a los organizadores dónde se podían acomodar, a lo que les respondieron que solo tenían "una mesa".

"No hay problema, allí vamos a hacerlo, porque viajamos por eso, para presentar nuestro país a la gente del Congreso", relató el funcionario haitiano, al resaltar que eran conscientes de que en el evento estaría "el sector privado latinoamericano, que se interesa en promover, vender y hacer negocio" en turismo.

"Es por eso que estamos en todas las convenciones y conferencias, para promover esta nueva situación" que vive Haití, "porque no somos el más terrible país del mundo; hay muchas cosas que pasan en todas partes y en Haití es la misma cosa", aseveró Fouchard.

La consejera en Turismo y miembro del Gabinete privado del presidente haitiano, Elsa Baussan, indicó que el turismo y la educación acompañan el proceso de reconstrucción material de su país, para el cual la comunidad internacional ofreció 5.500 millones de dólares.

"Desde el terremoto, tenemos dos visiones desde el Gobierno, que son el turismo y la educación, por eso estamos aquí", en el Congreso Interamericano, manifestó.

El propósito es "dar otra imagen de nuestro país, destruido totalmente por el terremoto", añadió.

La funcionaria aseguró que, unos 20 meses después de la tragedia, "el turismo muestra mucha señal de interés en Haití", que ofrece sus patrimonios cultural e histórico, entre otros atractivos, e impulsa la llegada de cruceros y, "cómo no, el Carnaval, que es muy conocido en el Caribe".

"Queremos dejar atrás el año terrible" de la tragedia natural, resumió Daniel Fouchard, mientras mostraba antiguas tarjetas postales de lugares como el Palacio Nacional, una de las edificaciones destruidas.

Mostrar comentarios