Detroit confía en la quiebra como la única vía hacia la recuperación

  • Las autoridades de Detroit dijeron hoy que confían en que la declaración de bancarrota, la mayor de una ciudad en la historia de EE.UU., abra la vía hacia la recuperación de una ciudad cuyo nombre fue símbolo de urbe industrial próspera.

Washington, 19 jul.- Las autoridades de Detroit dijeron hoy que confían en que la declaración de bancarrota, la mayor de una ciudad en la historia de EE.UU., abra la vía hacia la recuperación de una ciudad cuyo nombre fue símbolo de urbe industrial próspera.

La bancarrota puede ser la ocasión para "terminar con sesenta años de decadencia", declaró hoy el gobernador del estado de Michigan, Rick Snyder, quien advirtió, no obstante, de que es posible que los acreedores nunca reciban sus pagos.

"Desde 2000 la ciudad ha perdido el 28 por ciento de su población, y el 38 por ciento de su presupuesto se gasta pagando obligaciones del pasado como las pensiones", dijo por su parte el administrador de emergencia de la ciudad, Kevyn Orr.

Ambos comparecieron ante los medios para explicar la declaración de bancarrota, que fue recomendada por Orr y autorizada ayer por Snyder.

Snyder había declarado en marzo pasado la emergencia financiera de Detroit, capital histórica del sector automovilístico estadounidense, y había designando a Orr como administrador.

"Tratamos de superar esta situación durante los últimos cuatro años", recordó el alcalde Dave Bing. "Pero ha sido muy, muy difícil", admitió.

Tras la declaración de bancarrota, se ha abierto un período de treinta a noventa días durante el cual un juez federal determinará si la ciudad puede ampararse en el Capítulo 9, Sección 11 del Código de EE.UU.

Esta disposición legal se aplica exclusivamente a los municipios, y su propósito es permitirle que reestructuren sus deudas, esto es, que pongan en orden de prioridad a sus acreedores, algunos de los cuales recuperarán parte de sus dineros y otros nada.

Los más preocupados son los sindicatos que representan a los empleados municipales cuyos fondos de pensión tienen prioridad dudosa entre los acreedores, y cuyos afiliados encaran más cortes de sus sueldos y beneficios.

Las bancarrota municipal mayor, hasta ahora, había sido la del Condado Jefferson, en Alabama, que en 2011 pidió la protección de sus acreedores con deudas por 4.200 millones de dólares de los cuales 3.140 millones correspondían a obras sanitarias.

Detroit llega ahora a su 312 cumpleaños en quiebra, con población disminuida, deudas por 15.000 millones de dólares y un futuro incierto que amenaza también a otras ciudades de Estados Unidos.

Fundada en 1701 por el explorador y tratante de pieles francés Antoine Laumet de la Mothe, señor de Cadillac, creció hasta tener en la década de 1950 más de 1,8 millones de habitantes en un área de 362,5 kilómetros cuadrados en la región donde asentaron sus sedes centrales las "tres grandes" del motor: General Motors, Ford y Chrysler.

"Detroit" pasó a ser una metonimia para designar pujanza urbana e industrial, con motes populares como Motor City y, en la década de 1960 "Motown", una fábrica de música popular que tuvo un papel importante en la integración racial de la cultura popular.

La suerte de Detroit empezó a cambiar en la década de 1960 cuando los fabricantes de vehículos automotores empezaron a abrir plantas en otros estados donde no había sindicatos ni convenios colectivos ni planes de pensión.

A esto se sumó la irrupción en el mercado de EE.UU. de los automóviles importados desde Japón y, para cuando la industria automovilística estadounidense encaró su propia bancarrota en 2009, sólo quedaban en torno a Detroit unas pocas plantas de GM y Chrysler.

La ciudad tiene ahora poco más de 700.000 habitantes, una tasa de desempleo del 16 por ciento (tasa nacional del 7,6 por ciento); el 40 por ciento de las luces en las calles no funciona; sólo un tercio de las ambulancias municipales está en servicio, y más de 70.000 casas están abandonadas.

Barrios enteros están desiertos y en otros los habitantes viven en la inseguridad dado que la policía no está en condiciones de responder de manera adecuada a las llamadas de ayuda o protección.

No todo es un panorama sombrío en la ciudad: la emigración ha dejado en el centro del área metropolitana residencias y edificios de oficina depreciados donde han empezado a instalarse empresas de alta tecnología, pequeños negocios y artistas.

En Downtown Detroit se han abierto tres casinos, estadios nuevos y un proyecto de revitalización de la rivera del Río Detroit, todo lo cual anuncia, tal vez, el esperado renacimiento.

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