Diego, un varón que un día fue niña y que fue recibido por el papa Francisco

Alberto Santacruz

Plasencia, 29 ene.- La vida privada del extremeño Diego Neria, quien hace ya unos años se sometió a una reasignación de género, se ha convertido en pública después de conocerse que fue recibido por el papa Francisco. "Estoy abrumado con esto, ni me lo esperaba ni lo quería", ha afirmado en una entrevista a EFE.

Desde que el diario "Hoy" publicara que el sumo pontífice había recibido en audiencia privada en Roma a este hombre, de 48 años, en el municipio de Plasencia (Cáceres), ciudad natal de Diego y en la que actualmente reside, no se habla de otra cosa.

Según la citada información, el papa recibió el pasado sábado 24 de enero a Diego Neria, después de que éste se pusiera en contacto con el pontífice para pedirle apoyo ante el rechazo y la incomprensión que sufre a causa de su cambio de sexo.

Muchos medios de comunicación se han hecho eco de la noticia, los vecinos hablan del tema y solo quienes conocen "de verdad" a Diego no quieren hablar del pasado de este hombre, que nació mujer y que hace unos ochos años decidió someterse a una cirugía de reasignación de género.

"Esto no es una noticia amarilla. Esto es algo sagrado, es una noticia preciosa y bonita que no puede ser destrozada", ha dicho Diego, quien se ha mostrado molesto tanto con la "exagerada" repercusión mediática de su encuentro con el papa como por el hecho de que se haya escarbado en su vida privada.

En su entrevista a EFE, ha eludido hablar de su pasado como mujer, pues lo importante para él y su pareja es el presente y el futuro.

"No voy a decir que me arrepiento -en alusión al encuentro con Francisco- porque pasaría por lo que hiciera falta con haber vivido lo que yo he vivido en Roma, pero nos está siendo muy duro", ha añadido este placentino en referencia a la repercusión de la noticia.

"Para dos personas que lo quieren vivir tranquilamente, todo esto nos tiene fritos", ha añadido Diego, quien ha reclamado "vivir este momento en la intimidad".

Sencillamente, y así lo ha reiterado, "quiero ser feliz, quiero vivir y esto para mí ha sido un regalo después de muchos años de lucha". Según recoge el diario "Hoy", Diego, tras su reasignación de género, sufrió la incomprensión y el rechazo de parte de su entorno social, incluidas algunas personas católicas.

De ahí, el decidir dirigirse por carta al papa, "un señor que es un cielo, con una calidad humana que se multiplica por millones cuando lo tienes delante". "No te imaginas -dirigiéndose al periodista- lo que este hombre transmite, es impresionante", ha recalcado.

En su opinión, "si esto ha valido para que la gente se acerque un poquito a la Iglesia, me valdrá, pero a la actual, no a la Iglesia que conocíamos hasta ahora".

"Decirle a la gente que pueda estar en mi posición que tenga esperanza y ánimo. Esto es muy duro, pero al final siempre está la recompensa de poder vivir y es lo que yo pretendo hacer ahora, vivir", ha añadido.

Preguntado sobre qué habló con el papa Francisco, Diego ha puesto un "candado" en su boca. "Nada, absoluta nada, va a salir de mí" ya que "es sagrado" lo que le dijo el sumo pontífice.

Por ello, ha reiterado su malestar hacia quienes "se inventan" cosas de la reunión. "Lo que veo es que aquí se monta al carro gente que no conozco de nada, que se están trastocando cosas y sobre todo inventando noticias", ha lamentado.

"Están investigando mi vida privada anterior y me duele que venga aquí gente para hablar con mis vecinos", ha expuesto Diego, quien ha eludido hablar de su vida cuando él no se llamaba Diego.

Por ello, ha asegurado que no irá a programas de televisión, pero sí, tal como hizo ayer, a un instituto para dar "las gracias a un aula de chavales de 18 que dedicaron su clase a mi noticia, que me querían ver y fui".

"Había gente con problemas parecidos al mío y fui a darles ánimo y las gracias. Punto, yo me quedo con eso".