Educación e inmunización, claves contra la mortalidad infantil en Ghana

  • Llueve a cántaros, pero una cuarentena de madres vestidas con todos los colores del arco iris, cargadas con sus bebés a la espalda y protegidas del agua bajo una endeble lona, esperan sonrientes y cantando.

Marta Hurtado

Dodowa (Ghana), 27 abr.- Llueve a cántaros, pero una cuarentena de madres vestidas con todos los colores del arco iris, cargadas con sus bebés a la espalda y protegidas del agua bajo una endeble lona, esperan sonrientes y cantando.

La letra de la canción en Twi, la lengua originaria mayoritaria en Ghana -la oficial es el inglés-, destaca la importancia de amamantar de forma exclusiva hasta los seis meses de edad.

Otra tonada sonará más tarde y sin ningún disimulo recordará que los pechos son para el bebé, no para el marido.

Las madres y sus retoños se encuentran el centro de salud del distrito de Dodowa, en el área metropolitana de Accra, la capital del país, cuyo Gobierno apuesta por la planificación familiar, la lactancia materna, la nutrición infantil adecuada y, sobre todo, la vacunación para luchar contra la mortalidad infantil.

Estas mujeres están aquí porque su hijo o hija va obtener algunas de las vacunas del programa nacional de inmunización, que incluye la tuberculosis, el sarampión, la difteria-tos ferina-tétanos, la poliomielitis, la fiebre amarilla, la hepatitis B, la gripe hemofílica tipo b (Hib) y, desde esta semana, el rotavirus y el neumococo.

La mortalidad de menores de cinco años en Ghana es de 74 por cada 1.000 y gran parte de esos decesos (26%) los provoca la malaria, que aún no cuenta con una vacuna para evitarla.

Sin embargo, un diez por ciento de los menores de cinco años fallecen a causa de alguna enfermedad causada por la bacteria del neumococo, especialmente la neumonía, y otro diez por ciento debido a la diarrea severa, originada por el rotavirus.

"Estamos entusiasmados por ver rápidamente los efectos de la vacunación, tras tantos años tratando a niños enfermos por una dolencia que es evitable", explica la doctora Mame Yaa Nyarko, pediatra del Hospital de Niños de Accra, señalando la cama de Ransford, un bebé de dos meses que padece neumonía.

Gracias a los antibióticos, el bebé está mejorando, pero estuvo muy grave, porque su madre, Marie Cursi, tardó ocho días en llevarlo al hospital.

"A veces creen que la tos es normal, a veces no tienen el dinero para el tratamiento y esperan que se cure sin llevarlo al médico, a veces deben esperar a que el marido, ausente del hogar, dé autorización", se lamenta la doctora Nyarko, que recuerda que la educación "es clave".

Es por ello que en el centro de salud de Dodowa las enfermeras se esfuerzan en enseñar todos los síntomas de las principales dolencias, pero también a reforzar el sistema inmunológico del niño, no sólo vacunándolo, sino alimentándolo correctamente.

"Les enseñamos que, tras los seis meses con lactancia materna exclusiva, deben diversificar la alimentación con proteínas gracias a los cereales, las legumbres, el pescado, y frutas y verduras locales pero preparadas específicamente para ellos, no dándoles la misma ración que a los adultos", explica la enfermera Evelyne Boakye.

Cada vez que van al centro de salud, los niños son pesados y si están por debajo del peso estándar para su edad, son considerados malnutridos y se les transfiere al pediatra, algo que, lamentablemente, ocurre en dos de cada diez casos.

De hecho, la educación comienza con la salud reproductiva, con cursos en los que Whimina Dadebo, comadrona del centro, informa sobre todos los métodos anticonceptivos existentes.

"El sistema ha funcionado, porque detectamos una caída de los nacimientos. Ahora la media de hijos por pareja es tres", afirma orgullosa Dadebo.

No obstante, los prejuicios y el machismo siguen predominando, por lo que el método más utilizado es el contraceptivo inyectable, dado que los maridos no tienen que saber que su mujer se protegió de un embarazo no deseado.

No es el caso de Adiza, de 24 años, que mientras espera su turno para vacunar a su bebé de seis meses, Ivo, explica que tiene tres hijos y que pretende continuar ampliando la familia.

La introducción de las vacunas del neumococo y el rotavirus se ha hecho de manera simultánea, una primicia en un país en desarrollo, gracias a la ayuda de GAVI (La Alianza Mundial para la Vacunación y la Inmunización) formada por Estados, el Banco Mundial, agencias de la ONU y donantes privados.

Para el lanzamiento simultáneo se eligió Ghana porque es un país donde el 94 por ciento de los niños cumplen con el programa nacional de inmunización, lo que demuestra que el sistema de salud funciona, algo esencial para introducir nuevas vacunas.

Varios estudios muestran que la introducción de la vacuna del rotavirus en Ghana permitiría ahorrar 1,7 millones de dólares (el 53,3 por ciento del gasto total) en costes de tratamiento y salvaría la vida de 1.554 niños cada año.

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