"Nos estamos sobresaturando"

El temor a un brote en el 'cole' ahoga a los pediatras y pone en jaque el rastreo

Las escuelas asumieron la gestión de los casos en el aula, sin formación sanitaria, cualquier síntoma es sospechoso hasta que Atención Primaria diga lo contrario.

Un millón y medio de alumnos catalanes vuelven al cole con dudas por la COVID
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EFE

Todo niño es sospechoso hasta que se demuestre lo contrario. La vuelta al 'cole' ha llegado y, con ella, los imprevistos, las incidencias y el tapón en las consultas de Pediatría. Las peticiones de una PCR para los más pequeños han crecido exponencialmente tras las primeras jornadas de clase. Los centros educativos tratan de evitar a toda costa la eclosión de brotes que acaben en cerrojazo y en el retorno de los alumnos al silencio -y la soledad- de sus dormitorios. Prevenir, mejor que curar. Mientras, en las agendas de los especialistas de Atención Primaria no queda un hueco libre.

Cuando quedaban unos días para el regreso a las aulas, La Información preguntó por una posible saturación de las consultas de Pediatría al secretario de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica, Roi Piñeiro. "Eso sería lo lógico... y lo que todos los pediatras esperamos. Ante un mínimo aumento de la temperatura corporal, o presencia de sintomatología catarral, la mayoría de los padres consultará con urgencia para descartar un posible contagio de SARS-CoV-2". Todo estaba en el aire, incluido el calendario escolar definitivo, pero los especialistas ya se preparaban para hacer frente a la oleada que estaba por llegar. 

"Yo sólo he bloqueado ya la capacidad de mi centro de salud para recoger PCRs para mañana. Lo que venga de nuevas serán PCRs para pasado mañana", denunciaba un pediatra en Twitter. Pasado mañana ya es tarde. "He bloqueado la agenda de PCRs de mi centro de salud... y apenas llevamos unos días de colegio. Esto va a estallar sin remisión", incidía el especialista. Un alud de comentarios de otros compañeros de especialidad coincidían en el diagnóstico: la oleada de peticiones ahoga las consultas.

Varios pediatras consultados por este diario se hacen eco de la situación. "Está todo el mundo muy liado y muy cansado". El protocolo tampoco ayuda. La falta de personal sanitario en los centros impide 'filtrar' el coronavirus de los catarros. El personal docente ha tenido que asumir el papel de ese 'coordinador Covid' en la que estuvieron de acuerdo  el Gobierno y las autoridades de todas las CCAA. Desde entonces, los claustros se enfrentan a la 'papeleta' de detectar un virus que ni siquiera los sanitarios conocen a fondo. 

El cuello de botella de las pruebas diagnósticas comienza en Primaria, los laboratorios de los hospitales son el siguiente eslabón. Las unidades reconocen que, aunque el otoño aún no ha comenzado, ya se ven amenazados por un nuevo colapso, un escenario que pondría en jaque toda la red de rastreo. "Sí, nos estamos sobresaturando", confirman fuentes de los servicios de Microbiología del hospital madrileño Gregorio Marañón, una de las piezas claves del plan de vigilancia y control de toda la Comunidad.

Con la vista puesta en el invierno, cuando la gripe (y demás patologías que afloran en los meses más fríos), los antecedentes aportan algo de luz. "Los datos que nos llegan del hemisferio sur son alentadores y muestran un descenso histórico en la incidencia de enfermedades respiratorias clásicas del invierno, como la gripe o la infección por el virus respiratorio sincitial". El doctor Piñeiro achaca esta "excelente noticia" a la adhesión de la población a unas medidas de prevención ampliamente conocidas. "Parece evidente que las mascarillas, el lavado de manos y el distanciamiento social están logrando evitar un significativo número de contagios".

El 'cuello de botella' que da alas al virus

Desde Salud Pública alertan de que un 'atasco' en el análisis de pruebas, dada la enorme demanda, podría tener consecuencias dramáticas en el control de la pandemia. Adrián Hugo, especialista en Medicina Preventiva, analiza los efectos de este retraso en una llamada con este diario.  "Una persona que desarrolle síntomas el día uno, realmente espera dos o tres días hasta ir al médico. Pongamos que acude a consulta el día dos, el especialista te atiende y te manda la prueba para el día tres o el cuatro, porque ya están saturados. Nos plantamos en la jornada seis". El especialista explica que esta persona "realmente se contagió el día -2, con lo que ha dispuesto de ocho días para transmitir la enfermedad".

"Cualquier cribado masivo requiere de una planificación y una estructuración muy minuciosa". Hacer test 'a diestro y siniestro' no tiene razón de ser epidemiológica. Estos procesos requieren calendarizar los test de toda la población, tomar las muestras, transportarlas, procesarlas, obtener los resultados, validar esos resultados y comunicar el diagnóstico al ciudadano. "Hay que seguir todos los pasos y hacerlo de forma eficaz". El tiempo sigue siendo oro en la carrera contra la transmisión.  

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