Los soldados de las Fuerzas de Defensa Keniana (KDF), que fueron desplegados en Somalia en 2011 para luchar contra los shebab, no combaten a los islamistas y están "en modo 'guarnición', sentados en sus bases, mientras que los altos cargos participan en actividades comerciales asociadas a la corrupción", escribió el colectivo Journalists for Justice, con sede en Nairobi.
El informe, fruto de varios meses de investigación en Somalia y en Kenia, asegura que la red liderada por altos oficiales de las KDF consigue 50 millones de dólares -unos 46,60 millones de dólares- anuales en tasas procedentes de la exportación ilegal de azúcar y carbón, y que los shebab ganan mucho más por los mismos tráficos ilícitos.
Kwamchetsi Makokha de Journalists for Justice afirmó que los oficiales kenianos y los yihadistas compartían los beneficios. "KDF ha estado comiendo con el enemigo", dijo, utilizando una expresión común en keniano para referirse a casos de corrupción.
El portavoz del ejército keniano, David Obonyo, desmintió esas acusaciones. "No estamos implicados en ninguna actividad vinculada con el carbón o el azúcar", declaró. "¿Cómo podríamos sentarnos con los shebab y un minuto después estar matándonos?".
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