El cambio climático alteraría la vida microbiana en los ecosistemas polares

  • Un estudio internacional con participación española ha advertido que el cambio climático provocará alteraciones en los tapetes microbianos del Ártico y la Antártida que podrían llegar a modificar completamente los ecosistemas polares.

Madrid, 10 abr.- Un estudio internacional con participación española ha advertido que el cambio climático provocará alteraciones en los tapetes microbianos del Ártico y la Antártida que podrían llegar a modificar completamente los ecosistemas polares.

La investigación, publicada en Nature Climate Change, ha contado con la participación de científicos de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad de Valencia.

Los tapetes microbianos (ecosistemas formados por complejas poblaciones de microorganismos) constituyen la mayor biomasa no marina y acumulan la mayor biodiversidad en las zonas polares.

Experimentos basados en muestras obtenidas en la Isla de Livingston de la Antártida y en distintas zonas del Ártico, determinaron recientemente que el actual cambio climático podría producir alteraciones importantes en estos tapetes biológicos.

Como parte de los experimentos, los autores del estudio mantuvieron dichas muestras en laboratorio a distintas temperaturas durante varios meses y que oscilaban entre las que hoy se encuentran en los polos y las que pronostican los modelos de cambio climático para las siguientes décadas.

Los resultados obtenidos indicaron un notable cambio en las relaciones entre las especies que componen los tapetes microbianos.

Los investigadores creen que habría un aumento de la diversidad de cianobacterias -los microorganismos más abundantes en las regiones polares-, y un cambio en la dominancia de las especies, de modo que algunas especies dominantes a bajas temperaturas desaparecerían a las temperaturas pronosticadas.

A las temperaturas más elevadas, la tendencia se invertiría: disminuiría la diversidad y los tapetes desaparecerían.

Estas variaciones en las especies tendrían importantes repercusiones sobre el resto de los organismos que componen la vida microbiana de los polos: virus, bacterias, protozoos, hongos, gusanos nematodos y tardígrados, que se alimentan de cianobacterias.

Según Antonio Quesada, uno de los autores del estudio e investigador de la Universidad Autónoma de Madrid, uno de los resultados más sorprendentes de la investigación ha sido "descubrir que, a las temperaturas esperadas en los polos, las cianobacterias que dominan los tapetes microbianos comienzan a producir toxinas (microcistinas), que pueden tener una gran influencia en el resto de los organismos del entorno".

Las microcistinas son producidas por cianobacterias de ecosistemas acuáticos y son bien conocidas por los científicos en regiones templadas, sin embargo son muy escasas en los ecosistemas polares.

De hecho, este estudio ha sido el primero en describirlas en el Ártico.

"Sus efectos pueden ser letales sobre ciertos organismos, y por tanto las consecuencias del cambio climático sobre las comunidades más importantes y diversas de las zonas polares fuera de los océanos podrían llegar a ser cruciales para el mantenimiento de los ecosistemas polares tal y como hoy los conocemos", concluye Quesada.

En el estudio han participado además investigadores de la Universidad de Valencia y de centros de investigación de Alemania, Reino Unido y Nueva Zelanda.

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