El compromiso social de los jóvenes españoles aumenta por la crisis


El grado de implicación y compromiso social de los jóvenes españoles se ha incrementado durante los años de crisis económica, y no sólo se limitan a la protesta, sino que también han incrementado su deseo por contribuir activamente a mejorar la situación actual del país, y su deseo por mejorar su formación y sus ganas de trabajar.
Estas son algunas de las principales conclusiones de la investigación ‘Jóvenes y valores sociales’, realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, un centro privado e independiente creado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), gracias al apoyo de Banco Santander y Telefónica, que ha sido presentada esta mañana en rueda de prensa por Ignacio Calderón y Eusebio Megías, director general y director técnico respectivamente del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD, y por el catedrático emérito de Sociología de la Universidad de Deusto, Javier Elzo, codirector del estudio.
Los datos, que comparan la evolución de la juventud desde 2006, ponen de relieve que los asuntos sociales e institucionales siguen estando en un segundo escalón, tras el ámbito personal de cada persona, que es lo que ocasiona una mayor implicación por parte de los jóvenes. Así, tener personas en quien confiar, tener unas buenas relaciones familiares, ganar dinero o tener éxito en el trabajo es considerado muy importante para más del 90% de los jóvenes españoles de 15 a 24 años.
VALORES MORALES
Los valores morales están implícitos en la admisibilidad de comportamientos. En este ámbito, según los datos del estudio, los jóvenes españoles mantienen en esencia sus posturas ya conocidas: una mayor tolerancia hacia comportamientos que se ven como pertenecientes al ámbito privado (derecho de los homosexuales a adoptar hijos, aborto, eutanasia, “pirateo” de discos) y mucho menor frente a los que se refieren al ámbito público (romper señales de tráfico, conducir bajo los efectos del alcohol, etc).
En esta línea, más del 60% de los jóvenes acepta que los homosexuales puedan adoptar hijos y admiten que las mujeres puedan decidir libremente sobre si quieren o no interrumpir su embarazo. Además, desde 2006 se ha incrementado el porcentaje de jóvenes que consideran que no se debe recortar en servicios públicos básicos como la sanidad, la educación o la dependencia.
Por el contrario, la tolerancia con la inmigración ha descendido en los últimos años, hasta tal punto de que el 34% de los jóvenes cree que las personas que vienen a España desde fuera hacen del país un lugar más inseguro. Además, mientras que se apoya que no se realicen ajustes presupuestarios en la mayoría de servicios públicos, este incremento no se da en otras parcelas como en el campo de la violencia de género.
Igualmente, los años de crisis han traído consigo un aumento del respaldo de los jóvenes a la pena de muerte, de forma que el 39% apoyaría este castigo para delitos graves, al tiempo que el 18% asegura que no se posiciona al respecto.
En opinión de Eusebio Megías, este radicalismo en algunos temas se produce por las dificultades que muchas personas están viviendo por culpa de la crisis económica, “y que lleva a veces a pensar que gente de fuera viene y nos quita el trabajo”.

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