El conflicto palestino-israelí y cristianos en Oriente Medio marcan el viaje papal

  • Nicosia.- El conflicto palestino-israelí, la situación de los cristianos en Oriente Medio y la potenciación del diálogo con los ortodoxos y con el islam marcaron el viaje de Benedicto XVI a Chipre, la primera vez que un Papa en dos mil años pisa la isla mediterránea donde comenzó a evangelizar san Pablo.

El Papa pide a la comunidad internacional que evite un baño de sangre en Oriente Medio
El Papa pide a la comunidad internacional que evite un baño de sangre en Oriente Medio

Nicosia.- El conflicto palestino-israelí, la situación de los cristianos en Oriente Medio y la potenciación del diálogo con los ortodoxos y con el islam marcaron el viaje de Benedicto XVI a Chipre, la primera vez que un Papa en dos mil años pisa la isla mediterránea donde comenzó a evangelizar san Pablo.

La preocupación por la situación en Oriente Medio la expresó en todos los discursos que pronunció en sus tres días de visita y hasta en el de despedida, en el aeropuerto de Larnaka, donde hoy dijo que el Mediterráneo oriental "no es ajeno a los conflictos con derramamiento de sangre, como hemos visto trágicamente estos últimos días".

El Papa se refería al ataque de Israel a la flotilla humanitaria que se dirigía a Gaza y que se cobró nueve muertos.

Ya en el avión que le trasladaba de Roma a Chipre, el Pontífice hizo un llamamiento a las partes "para que no pierdan la paciencia" y no destierren el diálogo, pues "la violencia no es la solución".

Hoy volvió a pedir ante el presidente chipriota, Demetris Cristofias, "redoblar los esfuerzo para construir una paz real y duradera para todos los pueblos de la región".

Antes, en la misa que ofició ante unas 6.000 personas, hizo un nuevo llamamiento a la comunidad internacional para que intervenga de "manera urgente y concertada" para resolver la situación en Oriente Medio, especialmente en Tierra Santa, antes de que dichos conflictos lleven a "un mayor derramamiento de sangre".

El motivo de su visita fue entregar a obispos de Oriente Medio el "Instrumentum Laboris" (documento de preparación) del Sínodo de Obispos para esa zona del mundo, que se celebrará del 10 al 24 de octubre en el Vaticano.

El documento señala que los desafíos a los que se enfrentan los cristianos en Oriente Medio son los conflictos políticos, la libertad de religión y de conciencia, la evolución del islam y la emigración.

El Vaticano considera que "la ocupación israelí" de los territorios palestinos es "una injusticia política impuesta a los palestinos", que las relaciones judío-cristianas se resienten por ese conflicto y que los lazos con el islam son difíciles debido a que los musulmanes no distinguen entre religión y política.

Asimismo, denuncia que el "egoísmo" de las grandes potencias, unido a la persistencia del conflicto y a que no se respete el derecho internacional y los derechos humanos, ha desestabilizado el equilibrio en Oriente Medio e impuesto a la población una violencia que corre el riesgo de llevarla a la desesperación y cuya consecuencia es la emigración de los cristianos.

El viaje papal se vio ensombrecido por el asesinato en Turquía del presidente de la Conferencia Episcopal Turca, el obispo Luigi Padovese.

El Pontífice expresó su profundo dolor, pero precisó que no se trataba de un asesinato político o religioso, sino de un caso personal.

"No debemos mezclar esta situación trágica con el diálogo con el islam", dijo Benedicto XVI, quien agregó: los musulmanes "son nuestros hermanos y con ellos, a pesar de las diferencias, estamos llamados a construir una convivencia cada vez más fructífera".

En un país de mayoría ortodoxa (88 por ciento de la población), el Papa se reunió con el jefe de la Iglesia Ortodoxa de Chipre, Crisóstomos II, ante quien abogó por la unidad "plena y visible" de los cristianos, separados tras los concilios de Efeso y Calcedonia y el cisma de 1054.

Aunque no estaba previsto, Benedicto XVI se encontró con un líder musulmán sufí de Chipre, de 89 años, con el que se abrazó de manera fraternal y se pidieron mutuamente rezar el uno por el otro.

El Pontífice ha visitado un país dividido desde 1974, tras la ocupación por parte de Turquía del tercio norte de la isla, a raíz de un golpe de Estado contra Makarios.

La intervención propició el nacimiento de la República Turca del Norte de Chipre, que sólo reconoce Ankara.

Cristofias denunció que Nicosia es la última capital de Europa dividida por un muro y que la comunidad internacional debe "ejercitar su influencia" sobre Turquía para que este país "respete el derecho internacional, y no sólo sus intereses".

En esa misma línea, Crisóstomos II acusó a Turquía de haber puesto en marcha un "oscuro plan de destrucción nacional", que comprende -dijo- la conquista definitiva de la isla.

El Papa hoy, sin nombrarlo directamente, abogó por "derribar las barreras entre nosotros y nuestros vecinos".

Benedicto XVI pidió esta jornada a los cristianos que no abandonen Oriente Medio, ya que el mundo "necesita" la cruz, "el símbolo más elocuente de esperanza que el mundo haya visto jamás".

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