El consumo de alcohol durante la lactancia puede hacer que al bebé no le guste ingerir la leche

  • MADRID, 16 (CHANCE) El consumo de bebidas alcohólicas durante el embarazo es incompatible con el desarrollo saludable del bebé ya que puede generar daños irreversibles en el crecimiento de los órganos o en su desarrollo cerebral. Los últimos estudios realizados en España revelan que más del 40% de las mujeres reconoce haber consumido alcohol durante la gestación en un contexto social. Además, únicamente entre el 2% y el 3% es consciente de que una sola copa puede ser perjudicial.
Embarazo mes a mes
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MADRID, 16 (CHANCE)

El consumo de bebidas alcohólicas durante el embarazo es incompatible con el desarrollo saludable del bebé ya que puede generar daños irreversibles en el crecimiento de los órganos o en su desarrollo cerebral. Los últimos estudios realizados en España revelan que más del 40% de las mujeres reconoce haber consumido alcohol durante la gestación en un contexto social. Además, únicamente entre el 2% y el 3% es consciente de que una sola copa puede ser perjudicial.

En este marco, la Asociación Española de Matronas (AEM) y Cerveceros de España (CE) han puesto en marcha la campaña 'Porque él bebe lo que tú bebes', una iniciativa de concienciación dirigida a mujeres que se encuentran en periodo de gestación o lactancia, donde se les advierte de que el consumo de alcohol en cualquiera de estas dos etapas puede suponer un riesgo para la salud del feto o el recién nacido.

Andrea Calderón, dietista-nutricionista de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), explica que una dieta equilibrada y mantener una hidratación constante son vitales para la seguridad de bebé y de la madre: "Las mujeres necesitan controlar cuidadosamente todo aquello que consumen tanto en el embarazo como en la lactancia, ya que en estos procesos están alimentando al bebé. Durante la lactancia son necesarias 500 kcal extra, además de aumentar ciertos nutrientes como el calcio o el hierro".

Esta dieta debe incluir de dos a tres veces al día verduras, frutas y hortalizas que aportarán vitaminas hidrosolubles, fibra y multitud de compuestos antioxidantes. Además, es fundamental la ingesta habitual de legumbres, de 2-3 veces a la semana y la inclusión de frutos secos crudos y semillas y optar siempre por el aceite de oliva virgen para cocinar y aliñar. Por último, deben incluir pescado y huevos, entre 3-4 veces por semana, ya que son ricos en grasas omega 3, "un nutriente que resulta esencial para el desarrollo correcto del bebé ya que interviene en la formación de las estructuras del sistema nervioso del recién nacido" señala Calderón.

Además, es fundamental seguir todos los consejos del médico obstetra. Charo Sánchez, miembro del comité de la Asociación Española de Matronas (AEM), insiste en la importancia de una correcta alimentación para la salud del niño: "Una alimentación equilibrada proporciona los nutrientes adecuados para favorecer el crecimiento y desarrollo del bebé, la calidad de la placenta mantiene el nivel de energía a lo largo del embarazo, parto y post-parto, previene anemias y activa la producción de la leche".

Respecto a la lactancia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene que la leche materna es la alimentación ideal para un recién nacido hasta los seis meses de vida. "La composición de la leche materna asegura una nutrición ideal para el bebé al contener elementos exclusivos que protegen a los niños frente a enfermedades relacionadas con los radicales libres, enfermedades degenerativas y metabólicas, o aquellas provocadas por un déficit de defensas", añade Sánchez.

En cuanto a la hidratación, Calderón recalca la importancia de que las mujeres se mantengan hidratadas durante el periodo de lactancia, "si bien el agua es la mejor opción para conseguir los niveles adecuados de hidratación, puede incluirse infusiones, leche, cerveza sin alcohol o bebidas sin gas, alcohol ni cafeína".

Los expertos advierten que no existe ningún trimestre del embarazo donde sea menos peligroso el consumo de alcohol y en el que no existan riesgos para el bebé. Su consumo puede producir abortos al principio de la gestación, muerte intrauterina o retraso en el desarrollo del bebé, el desarrollo del síndrome alcohólico fetal y de las secuelas que éste trae consigo, como el perímetro de la cabeza y el tamaño del cerebro pequeños, efectos cardíacos y problemas con los riñones y los huesos, o dificultades de aprendizaje y en el desarrollo de habilidades sociales.

También la lactancia sigue siendo parte fundamental en el desarrollo del niño, por lo que todo lo que consume la madre se traspasa al bebé a través de la leche materna, incluido el alcohol, que pasa directamente de torrente sanguíneo de la madre, a través del pecho, al bebé. Una pequeña cantidad de alcohol para un recién nacido es peligrosa, ya que su hígado aún está inmaduro y lo metaboliza peor. Charo Sánchez añade que "el consumo de alcohol durante la lactancia puede hacer que al bebé no le guste ingerir la leche, ya que su sabor puede cambiar, por lo que estaría recibiendo un menor aporte nutricional del que necesita para desarrollarse correctamente".

En este contexto, la opción del consumo de cerveza que no contiene alcohol se convierte en una alternativa para aquellas mujeres que solían consumir cerveza tradicional antes de la concepción. Calderón asegura que "es el mejor sustituto a la cerveza tradicional ya que cuenta con la misma composición nutricional y los compuestos fenólicos con poder antioxidante sin el contenido alcohólico".

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