El dueño de la librería "Europa" defiende el interés comercial de las obras que edita y vende

  • Barcelona.- El editor y dueño de la librería "Europa" de Barcelona, Pedro Varela, ha defendido hoy que su local vende "todo tipo" de obras, de las que son una minoría las vinculadas al nazismo, y que sus publicaciones obedecen a un criterio puramente comercial.

El dueño de la librería "Europa" defiende el interés comercial de las obras que edita y vende
El dueño de la librería "Europa" defiende el interés comercial de las obras que edita y vende

Barcelona.- El editor y dueño de la librería "Europa" de Barcelona, Pedro Varela, ha defendido hoy que su local vende "todo tipo" de obras, de las que son una minoría las vinculadas al nazismo, y que sus publicaciones obedecen a un criterio puramente comercial.

En el juzgado penal número 11 de Barcelona se ha celebrado hoy el juicio contra Pedro Varela, para quien la Fiscalía y la acusación particular -ejercida por la comunidad israelí en Barcelona- piden cuatro años de prisión por vender libros que justifican el genocidio nazi e incitan a la segregación racial.

El juicio que afronta hoy este librero, que cuenta con una condena previa de siete meses de prisión por justificar el Holocausto, es consecuencia de un registro efectuado por los Mossos d'Esquadra en su local de Barcelona, donde se incautaron 4.793 libros de Ediciones Ojeda, editorial de su propiedad, que difundían la ideología nazi.

No obstante, Varela ha afirmado que su librería va dirigida "a todo tipo de gente" y que la frecuentan desde universitarios hasta alumnos de secundaria enviados por sus profesores, dado que está "especializada en la Segunda Guerra Mundial y el siglo XX".

"Nos adaptamos a lo que pide la gente", ha mantenido Pedro Varela, que ha asegurado que sus criterios para seleccionar los libros que edita o vende son sólo comerciales, en función de si están agotados en España o de si han tenido éxito internacional, sin que él comparta "necesariamente" la opinión de todos sus autores.

Pese a que los Mossos que inspeccionaron la librería han insistido en que es monotemática, Varela ha recalcado que ésa es una "percepción ideologizada" y que su establecimiento, que cuenta con más de 13.000 clientes en España y el extranjero, vende "libros de todo tipo".

Por eso, en su derecho al uso de la última palabra, el librero ha insistido en que en su local están a la venta cerca de 5.000 volúmenes -entre ellos "El Capital" de Marx y "El Diario de Ana Frank" en una edición que cuestiona en el prólogo la veracidad del escrito-, mientras él está acusado de enaltecimiento del genocidio sólo por una quincena de ellos.

En este sentido, ha opinado que los libreros en España sufren un problema de "indefensión jurídica" permanente, al no existir censura previa ni un listado de libros prohibidos: "¿A quién pregunto yo qué libros puedo vender? ¿Dónde está el Inquisidor? ¿Qué hago yo mañana?", se ha preguntado.

Según Varela, a su librería acude todo tipo de gente, desde un público católico, hasta personas que se solidarizan con él porque "no están de acuerdo con que se persiga una librería" o ex combatientes de la División Azul, y la conferencias que se imparten en la trastienda del local, en las que los Mossos d'Esquadra identificaron a menores, también son "abiertas a todo el mundo".

Varela fue condenado en 1998 a cinco años de prisión por los libros que vendía en su local, situado en la calle Séneca de Barcelona, pero en 2008 la Audiencia de Barcelona le rebajó la pena a siete meses después de que el Tribunal Constitucional dictaminara que la negación del genocidio no es delito.

Por este motivo, en sus conclusiones finales el fiscal ha proclamado que contra Varela "no basta el reproche ético moral, ya que el único lenguaje que entiende es el de la cárcel", y ha recordado que el procesado ha desaprovechado la oportunidad que le dio el derecho penal de no ingresar en prisión por su primera condena.

Para el fiscal, que ha pedido que se obligue a Varela a comparecer semanalmente ante el juez y se le retire el pasaporte mientras se dicte sentencia, la librería Europa era "un auténtico nido de difusión" del nazismo y de justificación de "la mayor aberración que ha tenido el ser humano en su historia".

Por su parte, la defensa del librero ha mantenido que hoy no se juzgaba al nazismo o al racismo, porque esas ideologías "tienen cabida dentro de la libertad de creencias", y ha proclamado el derecho a la libertad de expresión de su cliente mientras protestaba: "¿O es que el Ministerio Fiscal va a determinar el pensamiento único de los ciudadanos?".

Mostrar comentarios