El emperador Akihito y toda su familia desean paz en el Año Nuevo

  • Tokio.- El emperador Akihito y toda su familia desearon hoy paz en el nuevo año desde el balcón del Palacio Imperial a decenas de miles de personas que se acercaron al recinto, que sólo se abre al público dos veces al año.

El emperador Akihito y toda su familia desean paz en el Año Nuevo
El emperador Akihito y toda su familia desean paz en el Año Nuevo

Tokio.- El emperador Akihito y toda su familia desearon hoy paz en el nuevo año desde el balcón del Palacio Imperial a decenas de miles de personas que se acercaron al recinto, que sólo se abre al público dos veces al año.

Akihito, de 76 años, saldrá al balcón imperial en total cinco veces durante la jornada y hasta mediodía más de 55.000 personas ya se habían reunido en el Palacio Imperial para saludarlo, según la agencia local Kyodo.

"Espero que este año sea un buen año para todos", indicó el emperador, que, como es tradición, deseó "felicidad para la gente y paz en el mundo" al comiendo del 2010.

Éste es el tradicional mensaje del emperador nipón con motivo del Año Nuevo, aunque en 2009 lo cambió ligeramente ante la recesión que vivía el país, ya superada.

Akihito, que el año pasado celebró sus 20 años en el Trono del Crisantemo sus bodas de oro con la emperatriz Michiko, salió a saludar por primera vez hoy a las 10.00 hora local (1.00 GMT).

Lo hizo acompañado de su esposa, de 75 años, su hijo y heredero, el príncipe Naruhito, y su nuera Masako, aquejada desde hace varios años de una depresión pero que suele acudir a este acto, a diferencia de otras actividades organizadas por la Casa Imperial.

En el balcón cubierto con cristal blindado estaban también el segundo hijo de los emperadores, el príncipe Akishino, y su esposa Kiko, padres del pequeño Hisahito, que al nacer en septiembre de 2006 se convirtió en tercero en la línea de sucesión al Trono del Crisantemo, la dinastía reinante más antigua del mundo.

Esta cita es sólo una de las dos ocasiones al año que se abren al público los jardines del Palacio Imperial, un enorme enclave en el centro de Tokio rodeado de fosos que supone un pulmón verde para la capital.

La otra ocasión es por el cumpleaños de Akihito, el 23 de diciembre.

Aunque al concluir la II Guerra Mundial (1939-45) el emperador de Japón perdió su carácter de divinidad viviente y pasó a ser una figura representativa, es venerado por los japoneses.

Mostrar comentarios