Londres, 26 oct.- El Gobierno británico considera que ha llegado la hora de que los cientos de manifestantes que acampan desde hace doce días al lado de la catedral de San Pablo, en la City de Londres, para denunciar los excesos del sistema financiero, abandonen la zona.
El secretario de Estado del ministerio de Interior, Lord Henley, advirtió hoy en el Parlamento de que si se producen protestas similares en un futuro, el Ejecutivo podría plantearse recurrir a nuevos poderes para gestionar la situación.
Por su parte, "The City Of London Corporation", el organismo municipal del centro financiero de la capital, anunció hoy que estudiará la adopción de medidas legales para desalojar a los activistas anticapitalismo.
La comisión parlamentaria de Planificación y Transporte de ese organismo se reunirá este viernes para asesorarse y decidir si emprende algún tipo de medidas para despejar la concentración.
En la sesión de preguntas celebrada en la Cámara de los Lores, Lord Henley afirmó que "ha llegado la hora de que (los activistas) desmonten sus tiendas y se marchen", pero añadió que el hecho de que los acampados se encuentren en terreno privado limita la capacidad de acción del Ejecutivo para obligarles a dejar la zona.
El representante de Interior indicó que "comprende" que el obispo de Londres haya pedido a los manifestantes que se marchen para poder reabrir la catedral de San Pablo.
"El Gobierno cree que (los activistas) deberían cumplir esa petición. La Policía está trabajando de forma estrecha con la catedral mientras supervisan la situación", dijo.
Según el secretario de Estado, "si problemas como éste persisten y si tenemos problemas que probablemente afectarán a los Juegos Olímpicos, sin duda es algo que tendremos que estudiar a su debido tiempo".
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