El nordeste de EE.UU. recupera la normalidad tras quedar cerrado por temporal

  • El nordeste de Estados Unidos recupera hoy lentamente la normalidad pese a las gélidas temperaturas y los retrasos aeroportuarios, después de que las fuertes nevadas del martes obligaran a cerrar oficinas y escuelas desde Washington hasta Nueva York.

Washington, 22 ene.- El nordeste de Estados Unidos recupera hoy lentamente la normalidad pese a las gélidas temperaturas y los retrasos aeroportuarios, después de que las fuertes nevadas del martes obligaran a cerrar oficinas y escuelas desde Washington hasta Nueva York.

Hoy, 1.400 vuelos han sido cancelados por las tormentas de nieve y viento gélido, por debajo de las 3.000 conexiones que ayer fueron suspendidas desde Washington hasta Boston.

No obstante, con temperaturas por debajo de los 15 grados bajo cero en algunos lugares y acumulaciones de nieve de hasta 30 centímetros, muchos servicios siguen operando a medio gas y los viajeros sufren especialmente las consecuencias del temporal.

Los aeropuertos de La Guardia-Nueva York y Newark están registrando los mayores retrasos hoy, aunque esperan recuperar la normalidad a media tarde, cuando poco a poco se vaya moderando el impacto del viento y la nieve.

Chicago, Filadelfia, Boston y Washington son otras de las ciudades con mayores retrasos y cancelaciones de conexiones aéreas.

El temporal es resultado de la secuencia meteorológica que a principios de año trajo la supertormenta invernal "Hércules", seguida por un vórtice polar que congeló dos tercios del país, y a la cual se añadió esta semana otro frente polar.

La concurrencia de dos grandes tormentas y temperaturas gélidas en menos de un mes desde el Medio Oeste hasta el nordeste del país ha provocado que unas 14 millones de familias estén expuestas a la escasez de gas de calefacción.

El gobernador de Ohio, John Kasich, declaró esta semana la emergencia energética a fin de hacer más expedita la distribución de propano. Otras dos docenas de estados han tomado medidas similares.

Estas disposiciones permiten que los distribuidores puedan conducir sus camiones cisterna durante más horas y en más días consecutivos a fin de que el propano llegue a los usuarios.

En Washington, la capital administrativa, las oficinas abrieron hoy dos horas más tarde tras permanecer cerradas todo el martes.

Las placas de hielo en carreteras y la nieve complicaron los desplazamientos por carretera durante la mañana y provocaron retrasos en el transporte público, así como el cierre por segundo día consecutivo de algunos centros escolares en la región.

Las máquinas quitanieves siguen trabajando sin descanso desde el norte del estado de Virginia hasta la región de Nueva Inglaterra, más acostumbrada a este tipo de clima invernal y donde la rutina se ve menos afectada por la nieve.

Por su parte, el nuevo alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, se defendió hoy de las críticas por la respuesta de las autoridades municipales a la llegada de la tormenta de nieve.

De Blasio negó que los servicios de limpieza de nieve se olvidaran de algunos barrios, donde los vecinos, especialmente en zonas adineradas de Manhattan, aseguran que tuvieron que lidiar con grandes acumulaciones de nieve y hielo con vientos cercanos a los 50 kilómetros hora y 14 grados bajo cero.

El regidor también ha sido criticado por decidir que las escuelas públicas abrieran hoy. De Blasio respondió que solo cierran las escuelas "cuando es absolutamente necesario".

Por el momento, lo peor se lo está llevando el estado de Massachusetts, aún bajo la influencia del frente tormentoso y que está experimentando fuertes vientos, de hasta 80 kilómetros hora, y nevadas causadas por un nuevo frente fío sumado a la humedad del Atlántico.

La Administración Nacional para el Océano y la Atmósfera de EE.UU. (NOAA) mantiene la alerta en el nordeste estadounidense por "las bajas temperaturas que se están instalando tras la salida del fuerte sistema tormentoso".

Las condiciones gélidas y las ventiscas heladas se mantendrán al menos hasta mañana, aunque la ausencia de fuertes nevadas podría permitir una progresiva vuelta a la normalidad en una de las regiones más populosas de Estados Unidos.

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