El Papa visita una residencia de ancianos y dice que la asistencia a éstos es "la satisfacción de una deuda de gratitud"

  • LONDRES, 18 (Del enviado especial de EUROPA PRESS, Dario Chimeno) Benedicto XVI ha visitado a las 17.00 hora local (18.00 horas en España) la residencia de ancianos Saint Peter y ha dicho que "la prestación de asistencia a los ancianos se debería considerar no tanto un acto de generosidad, cuanto la satisfacción de una deuda de gratitud".

LONDRES, 18 (Del enviado especial de EUROPA PRESS, Dario Chimeno)

Benedicto XVI ha visitado a las 17.00 hora local (18.00 horas en España) la residencia de ancianos Saint Peter y ha dicho que "la prestación de asistencia a los ancianos se debería considerar no tanto un acto de generosidad, cuanto la satisfacción de una deuda de gratitud".

Esta tarde, el Santo Padre se ha dirigido a la residencia de ancianos Saint Peter, institución dirigida por las Hermanitas de los Pobres en el barrio londinense de Lambeth.

A su llegada visitó la capilla de la residencia, donde estaban reunidos algunos ancianos de la residencia, y con los que el Papa compartió un momento de oración, junto con las religiosas encargadas de la residencia. Posteriormente, se dirigió al salón de actos, donde el Santo Padre pronunció un discurso.

Posteriormente, Benedicto XVI subió al primer piso donde visitó a los enfermos más graves, deteniéndose y dirigiéndoles unas palabras de consuelo a cada uno de ellos. En tres ocasiones el Santo Padre habló de que "la vida es un don único, en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y Dios es el único para darla y exigirla".

Benedicto XVI ha recordado en su discurso a los últimos años de Juan Pablo II, a quien conoció muy bien, que "sufrió de forma muy notoria en los últimos años de su vida. Su buen humor y paciencia cuando afrontó sus últimos días fueron un ejemplo extraordinario y conmovedor para todos los que debemos cargar con el peso de la avanzada edad".

Dada también la avanzada edad del propio Papa, les dijo que estaba entre ellos como "un hermano que conoce bien las alegrías y fatigas que llegan con la edad. Nuestros largos años de vida nos ofrecen la oportunidad de apreciar, tanto la belleza del mayor don que Dios nos ha dado, el don de la vida, como la fragilidad del espíritu humano".

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