El Parlamento iraní eleva a dos la cifra de muertos en las protestas de la oposición

Teherán.- El Parlamento iraní elevó hoy a dos la cifra de personas muertas en los disturbios que se desencadenaron el lunes durante una manifestación convocada por la oposición y que había sido ilegalizada por el régimen.

Según Kazem Yalili, miembro de la comisión de Seguridad y Política Extranjera de la Cámara, el ministerio de Interior les ha informado de la muerte de dos partidarios del régimen y de un número no determinado de heridos, todos ellos al parecer víctimas de armas de fuego.

Yalili, citado por la agencia de noticias estudiantil Isna, anunció, asimismo, que la Asamblea podría formar una comisión para investigar los hechos.

Hasta el momento, la prensa oficial había informado de la muerte de una persona en los enfrentamientos que estallaron en el centro de la capital, y había responsabilizado del incidente a los Monafeghin, expresión con la que el régimen se refiere al grupo opositor en el exilio "Muyahidin Jalq".

En su particular versión de los hechos, la agencia de noticias local Fars relataba que "durante la manifestación ilegal, partidarios de la sedición, monárquicos, Monafeghin y gamberros han causado disturbios en varias calles, pero la presencia de la gente obligó a los secesionistas a marcharse".

Otros medios oficiales identifican a uno de los fallecidos como un estudiante universitario, miembro de las milicias de voluntarios islámicas Basij, que en las protestas de 2009 participaron en la violenta represión.

La oposición iraní retomó el lunes la calle tras meses silenciada con una manifestación de apoyo a los alzamientos del norte de África, que fue ilegalizada por las autoridades y reprimida por las fuerzas de Seguridad.

Los grupos opositores denunciaron que la Policía utilizó gases lacrimógenos y munición de fogueo para dispersar a los congregados, que gritaron consignas en contra del régimen iraní y en favor de Egipto y Túnez.

Además, aseguraron que decenas de personas fueron detenidas tanto en la capital como en las ciudades de Isfahan y Shiraz, en el centro y sur respectivamente del país.

La oposición iraní criticó, asimismo, la "hipocresía" de las autoridades locales, que han expresado su apoyo a los alzamientos árabes pero impiden las protestas de su población.