La Semana Santa malagueña más VIP: Banderas, 'El Pimpi' y balcones a rebosar

  • Cada Semana Santa el actor se hace más presente en la ciudad en la que sigue invirtiendo e impulsando sus proyectos.
Antonio Banderas también doblará al Gato con Botas en italiano
Antonio Banderas también doblará al Gato con Botas en italiano

No hay Semana Santa en Málaga sin ver a Antonio Banderas por sus calles cumpliendo, religiosamente, su cita con la Virgen de Lágrimas y Favores. Allí, en pleno casco histórico de la ciudad, en el barrio que vio nacer y crecer a ese niño, José Antonio Domínguez, que se transformó en el actor, Banderas da el pistoletazo de salida a la semana más sentida. El resto de las vacaciones, salvo su presencia en el célebre balcón de la calle Larios, el malagueño pasará estos días callejeando de forma ‘invisible’ por las diferentes cofradías de la ciudad.

De todos es conocido que no es el único compromiso con la ciudad. En ese mismo casco histórico, se levanta desde 1971 'El Pimpi', un restaurante que exhibe esa misma pasión malagueña y del que el actor ostenta una participación accionarial desde hace unos meses. Por el local han pasado el pintor Pablo Picasso, Carmen Thyssen, la Duquesa de Alba, Diana Navarro, políticos o empresarios de alcurnia. “Maravilloso”, firmó en un barril de vino Álvaro Nadal, ministro de Turismo y Energía, hace unos días. El restaurante está situado en el corazón de Málaga, en un antiguo caserón malagueño del siglo XVIII justo enfrente del edificio en el que reside el actor. No es solo un sitio de mesa, mantel, buenos alimentos y mejores bebidas. En sus rincones se habla de amor (organizan tertulias literarias) y se respira cultura gastronómica, además de tradiciones y sabores andaluces. Todos estos ingredientes, quizás, fueron lo que sedujo a Banderas a lanzarse a la adquisición de una parte del negocio.

Punto de encuentro de famosos, malagueños y visitantes, está rodeado de la Alcazaba, Teatro Romano, Museo Picasso, Museo Carmen Thyssen, la Plaza de la Merced… Para entender la filosofía del local, hay que remontarse al origen del nombre. El Pimpi hace referencia a un personaje popular malagueño que ayudaba a las tripulaciones y pasajeros de los barcos que llegaban al puerto de la ciudad. Ese mismo espíritu lo han conservado los dueños del local durante cuarenta años volcándose en diferentes proyectos solidarios, culturales y sociales con el único objetivo de impulsar la ciudad. Por eso, desde 2016 constituyeron una Fundación para impulsar las actividades benéficas y de apoyo a la cultura y tradiciones de la ciudad. “La Fundación es el corazón de El Pimpi”, dicen en sus redes sociales. 

Su primer proyecto arrancó en diciembre. Lo han llamado ‘Soles de Málaga’ y ya se han apuntado el cantante Ricardo Marín, Esther Arroyo, Pablo Puyol, Celia Flores, La Shika… pero, aseguran, tras los famosos hay otros ‘soles’ como trabajadores sociales o, simplemente, patrocinadores.

Tras la entrada de Banderas, la propiedad se ha repartido entre la familia Cobos, Pablo Gonzalo, actual gerente, y el actor. La empresa ha estrenado un catering y una escuela gastronómica. En el día a día, queda su hermano, Francisco Javier Banderas, como en sus otras empresas. No es su primer proyecto hostelero en su ciudad natal. Atrás quedó su apuesta por la cadena de restaurantes ‘La posada de Antonio’, que mezclaba el concepto de comida rápida con el de cocina tradicional. El negocio le costó unos 15 millones de euros en perdidas. En esa Málaga ‘banderiana’ que ha elegido para presentar mundialmente ‘Genious Picasso’, el documental dedicado a Picasso, el actor no ha tirado la toalla con su idea de dar un impulso al teatro. Banderas es una estrella de Hollywood de trato cercano al que le ronda el sueño de convertir el Alameda en el Teatro del Soho. Una manera ‘romántica’ de arruinarse, como no se cansa de repetir. Lo estrenará él mismo con el musical ‘Zorba el Griego’ junto al productor Barry Weissler. El primer paso será en Málaga y después a Nueva York.

Habrá charlas de amigos como Robert Downey Jr., si le convence, colaboraciones con el Actor’s Studios, 'master class' para situarlo en primera línea. Y eso a pesar de los sinsabores que le ha traído su intención, ya fracasada, de crear un centro multicultural en los antiguos cines Astoria y Victoria de Málaga. “El dinero que he ganado como profesional ha sido básicamente fuera de mi tierra, viviendo en aeropuertos y hoteles y sin ver crecer a mis hijos. A Málaga vengo a gastármelo. Nunca pasó por mi cabeza que el proyecto fuese rentable”, dijo entonces dolido.  También tiene su sede en la ciudad bañada por el océano la Fundación Lágrimas y Favores, que recauda miles de euros al año para la ciudad.

Sus inversiones inmobiliarias también están centradas en la ciudad, sobre todo en ese casco antiguo que ama a través de su empresa Glasmore Investments, que dirige su hermano Javier. Reside en un ático de 500 metros junto a la Alcazaba al que ha dado el visto bueno su novia Nicole Kimpel, agente inmobiliaria de lujo. También es propietario de viviendas en la zona de la judería y muy cerca del museo de la baronesa Thyssen. Y, ahí está, La Gaviota, su maravillosa residencia en Marbella.

No son sus únicos negocios. Además de todas las películas que ha protagonizado, distribuido o producido, tuvo su propio equipo de Moto2, la producción de vino a través Bodegas Anta Banderas, sus acciones en Hojiblanca, la discoteca Kaleido Benalmádena... Antonio es socio y rostro de Vibuk , una red social para actores, que la usan para ofrecer sus servicios y contactar con productores y directores de reparto y anda aún enfrascado en su pasión con la moda. Estrenó colección de ropa en colaboración con la firma Selected Homme del diseñador danés Daniel Struzinski. También es uno de las estrellas del cine, la música y la moda que firman sus propias colecciones bajo el paraguas de Starlite Shop y se implica subastando objetos con fines solidarios. Seguro que no serán sus últimos proyectos.

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