El presidente de Nigeria acusa a activistas de "jugar a la política"

  • El presidente de Nigeria, Goodluck Jonhatan, acusó a los activistas que piden la liberación de las más de 200 niñas secuestradas hace más de tres meses de "jugar a la política", después de que se cancelara una reunión entre el presidente y los padres de las menores.

Nairobi, 16 jul.- El presidente de Nigeria, Goodluck Jonhatan, acusó a los activistas que piden la liberación de las más de 200 niñas secuestradas hace más de tres meses de "jugar a la política", después de que se cancelara una reunión entre el presidente y los padres de las menores.

"Desafortunadamente, las fuerzas políticas dentro del movimiento nigeriano "BringBackOurGirls" (Devolved a nuestras niñas) han decidido aprovechar esta ocasión para jugar a la política con esta situación y el dolor de los padres y las niñas", dijo Jonhatan en un comunicado reproducido hoy por el diario "The Punch".

El presidente nigeriano anunció que se reuniría con los familiares de las menores tras encontrarse el pasado lunes con la niña paquistaní Malala Yousafzai, que pidió que se escuchara a los padres de las niñas porque "son los que realmente nos pueden decir lo que sus hijas y ellos mismos están sufriendo".

"Me reuniré con los padres para consolarles y asegurarles que el Gobierno Federal está haciendo todo lo que está a su alcance para rescatar a sus hijas", aseguró Jonathan.

Aunque la reunión del presidente con doce padres y cinco niñas que consiguieron escapar de los secuestradores estaba programada para ayer, los padres cancelaron el encuentro y pidieron que se celebrase otro día, cuando podría acudir un mayor número de familiares.

"Mi prioridad no es la política. Mi prioridad es el regreso de estas chicas", afirmó el mandatario nigeriano, que acusó a los activistas de interferir en la decisión de los familiares de cancelar la reunión.

"Deberían avergonzarse de sus actos", dijo Jonhatan refiriéndose a los activistas de "BringBackOurGirls", un movimiento surgido en las redes sociales para reclamar la liberación de las más de 200 menores secuestradas el pasado 14 de abril por la milicia radical islámica Boko Haram en el norte del país.

Pese a que Nigeria cuenta con la ayuda internacional de países como Estados Unidos, Francia o Inglaterra para las labores de rescate, las niñas todavía permanecen en paradero desconocido.

Por ello, la sociedad civil nigeriana y la comunidad internacional han criticado duramente al Gobierno nigeriano por su pasividad e ineficacia para liberar a las niñas.

Boko Haram, que significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado", lucha por imponer la "sharía" o ley islámica en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.

Desde que la Policía acabó en 2009 con el entonces líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que se ha intensificado en los últimos meses.

Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales.

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