El riesgo de tener un accidente en las carreteras españolas ha caído un 67% en los diez últimos años


La probabilidad de sufrir un accidente mortal o grave en la red de carreteras españolas ha disminuido un 67% en los diez últimos años, según concluye un estudio sobre la evolución de la accidentalidad en dichas vías realizado por el Real Automóvil Club (RACC).
El objetivo del estudio, cuyos datos fueron dados a conocer este jueves en rueda de prensa por el director del RACC, Miquel Nadal, es que el usuario disponga de una guía del riesgo de la carretera por la que circula para que pueda adaptar su conducción a las condiciones de la vía.
También se pretende proporcionar a las administraciones la información necesaria para determinar las prioridades de actuación en la red vial.
Según explicó Nadal, el riesgo medio en las carreteras españolas ha caído casi un 67% entre 2000 y 2010, pasando así de un nivel de peligro medio a un nivel de peligro bajo. Si en el año 2000 la probabilidad de tener un accidente en una carretera convencional era el doble que el de una vía de alta capacidad, en 2010 (aunque ha bajado notablemente) es el triple.
Se calcula que a lo largo del periodo 2000-2010 el trasvase de tráfico hacia vías de alta capacidad ha supuesto 547 muertos y 2.062 heridos graves menos que los que habría habido si no hubiese tenido lugar.
Por comunidades autónomas, el estudio constata que el riesgo de accidente en sus carreteras ha tendido a converger a lo largo de esos diez años hacia niveles más bajos, aunque hay regiones que estaban por encima de la media en 2000 y seguían estándolo en 2010, mientras que las que estaban por debajo de la media española en 2000 seguían estándolo en 2010.
Castilla y León, Castilla-La Mancha y La Rioja son las comunidades que en 2000 tenían un nivel superior a la media española y que en los diez años siguientes han mejorado menos que la media. En el otro lado de la balanza, Madrid, Cataluña y Cantabria partían con un nivel inferior a la media española y han mejorado más que ésta durante esos años.
A la luz de estos datos, el RACC considera fundamental asegurar un buen mantenimiento de las vías, pues la calidad de las infraestructuras contribuye de forma decisiva a la reducción de los accidentes.
Nadal indicó que un esquema futuro de pago por uso de las infraestructuras no debería dejar de lado la financiación del mantenimiento de las vías convencionales, puesto que éstas todavía acarrean el 25% del tráfico que circula por la red de carreteras y el 50% de los accidentes mortales y graves de la misma.
Según la asociación de automovilistas, la existencia de un diferencial de riesgo importante entre vías convencionales y de alta capacidad advierte sobre los efectos que podría tener la introducción generalizada de peajes en España. "Muy probablemente se produciría un trasvase de tráfico hacia vías convencionales, aumentando de esta forma el nivel general de riesgo en nuestras carreteras", señaló el director del RACC.
Añadió que el hecho de que las vías convencionales mantengan niveles de riesgo relativamente elevados sugiere que la propuesta de la DGT de reducir a 90 Km/h el límite máximo de velocidad en estas vías pueda ayudar significativamente a bajar la siniestralidad.
Por su parte, el RACC considera que la posibilidad de aumentar el límite máximo de velocidad hasta 130 km/h en autopistas y autovías debería estudiarse con detenimiento. "Esta medida debería ser selectiva y aplicarse únicamente en aquellos tramos de autopistas y autovías que en el pasado hayan registrado de forma recurrente niveles de siniestralidad muy bajos", dijo Nadal.

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