El secretario general de la OSCE teme un conflicto congelado en Ucrania

  • El secretario general de la OSCE, Lamberto Zannier, es optimista sobre una salida dialogada al conflicto en el este de Ucrania pero reconoce el riesgo de que pueda gestarse un nuevo conflicto congelado, y critica a los medios rusos por azuzar sentimientos nacionalistas que agravan la situación.

Luis Lidón y Jordi Kuhs

Viena, 13 sep.- El secretario general de la OSCE, Lamberto Zannier, es optimista sobre una salida dialogada al conflicto en el este de Ucrania pero reconoce el riesgo de que pueda gestarse un nuevo conflicto congelado, y critica a los medios rusos por azuzar sentimientos nacionalistas que agravan la situación.

"Soy optimista pero estoy extremadamente preocupado porque veo que la vía para llegar (a un acuerdo) es complicada", señala el italiano en una entrevista concedida a Efe en Viena.

Según el responsable de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), la solución debería pasar por una reorganización interna de Ucrania, con una reforma constitucional que recoja las demandas todos los ciudadanos.

"Si esto falla entonces tendríamos más escenarios complicados que podrían ir en esa dirección (de un conflicto congelado) y eso sería un problema adicional que podría estar con nosotros por mucho tiempo", advierte el diplomático de 60 años de edad.

"Hay un riesgo de que vayamos en esa dirección. Estamos haciendo todo lo posible para evitar que se dé ese escenario", recalca al ser preguntado sobre el peligro de un conflicto congelado.

Una situación de este tipo define, en política internacional, el cierre en falso de una crisis o un conflicto armado, que queda latente al no lograrse una solución que satisfaga a las partes.

Zannier destaca que pese a algunos incumplimientos, el alto el fuego, en vigor desde hace una semana, "se mantiene".

Además, alguna población desplazada ya está volviendo a sus hogares, lo que es una señal de "cierto grado de vuelta a la normalidad", destaca.

La OSCE es la encargada de supervisar el alto el fuego, y para ello, espera que su misión de observación en el país se expanda pronto hasta el máximo de 500 expertos civiles que le otorga el actual mandato.

A estos observadores se sumaría otro personal de apoyo, lo que en conjunto alcanzaría un total de 700 ó 800 efectivos.

Según Zannier, los nuevos miembros deberían tener conocimientos militares, que recibirán en breve apoyo de aeronaves no tripuladas (drones) para obtener información desde aire.

"Necesitamos la capacidad técnica que tienen personas con formación militar. Lo que estamos buscando ahora son observadores civiles con un trasfondo militar. (Pero) es una misión civil y seguirían siendo civiles, desarmados", señala Zannier.

El italiano indica que la OSCE quiere "avanzar lo más rápido posible" con los aviones no tripulados, que podría entrar en acción en "dos o tres semanas".

En todo caso, todavía hay que superar complejos aspectos técnicos de esta misión, al tiempo que reconoce que los drones son siempre un asunto delicado desde el punto de vista político.

"Necesitamos usar todos los medios posibles para garantizar que hay una presencia internacional, imparcial, que ayude por medio de la observación a aumentar la estabilidad", concluye.

Los separatistas prorrusos saben de la voluntad de la OSCE de utilizar drones gracias a "canales de diálogo con ellos", en los que se discuten distintos aspectos, asegura Zannier.

Así es que los rebeldes conocerán "información previa de los vuelos" y "el grado de detalle de esa información".

Por otra parte, el diplomático italiano muestra su preocupación por el creciente nacionalismo en la región y ciertos mensajes en los medios de comunicación rusos suponen un agravante del conflicto.

"Es una evolución preocupante. El papel de los medios ha sido muy negativo. He encontrado en varias ocasiones que los medios rusos han inflamado las opiniones de la gente y de alguna manera han creado una agravamiento del conflicto sobre el terreno", denuncia.

Zannier apela por eso a la "responsabilidad" de los medios para trasladar "mensajes de tolerancia y que inviten a una solución pacífica en lugar de incitar al odio y tocar asuntos que aumentan el avance del nacionalismo".

Sobre Rusia, el responsable de la OSCE subraya que ha apreciado "diversos grados" de interferencia en el este de Ucrania, como la presencia de ciudadanos rusos entre los separatistas y "equipamiento militar pesado que, de repente, aparece de la nada en esa región".

De cara al futuro, Zannier confía en que la presidencia de la OSCE en 2015 por parte de Serbia, un tradicional aliado de Rusia, pueda ser "una buena oportunidad", al poder abrir "nuevos canales (de comunicación)" en el conflicto.

Sin embargo, para ello, Serbia deberá también de "trabajar estrechamente con Kiev", alerta el diplomático italiano.

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