El 'shock cultural' de los refugiados sirios será mucho menor del que parece

    • Hasta el estallido de la guerra, las mujeres tenían los mismos derechos que los hombres: podían pedir el divorcio, trabajar en lo que quisieran, vivir solas...
    • El empeño de la familia Al-Asad de occidentalizar Siria hace que las no existan grandes diferencias culturales entre Europa y Siria.
Mujer siria en el ejército luchando contra el EI
Mujer siria en el ejército luchando contra el EI

"Yo crecí en España con las costumbres españolas. La primera vez que fui a Siria estaba nervioso porque pensaba que iba a ser un país muy cerrado, machista, con las mujeres oprimidas y muy atrasado. Creía que mi padre era la excepción de la regla, pero cuando llegué me llevé una gran sorpresa".

Quien habla es Manuel, un joven de 30 años con sangre siria y española corriendo por sus venas. Su padre es sirio y llegó a España en los años 90, gracias a un convenio de intercambio de estudiantes entre los gobiernos de Siria y España. Su madre es de un pequeño pueblo de Soria y conoció a su futuro marido cuando estudiaba medicina en Madrid. Se enamoraron, se casaron y nació Manuel, que se crió en España, pero ha pasado grandes temporadas en Siria.

Bruselas ha pedido a España que acoja a 15.000 refugiados sirios que han llegado a Europa en una crisis desconocida desde la II Guerra Mundial. Los gobiernos deben hacer un esfuerzo por acoger a estas personas que huyen de los horrores de la guerra, ha insisto Alemania. El reto es grande también para estos miles de sirios: deben encontrar trabajo y rehacer su vida en un país distinto al suyo, con otro idioma y otras tradiciones. Sin embargo, ¿existe un verdadero choque cultural entre estos dos países?Siria, un oasis de libertad para la mujer

Hasta el estallido de la guerra, Siria era un oasis en medio de países cada vez más integristas. Si bien es cierto que la libertad política era nula en el país, las mujeres gozaban de derechos sociales igualables a los occidentales.

Asi, la enseñanza era obligatoria hasta los 15 años para chicos y chicas que acudían juntos a la escuela. En las universidades o en las profesiones liberales, la cantidad de mujeres superaba en muchos casos a la de los varones. Además, el gobierno contaba con programas de apoyo a la familia que ayudaban a las madres a mantener sus puestos de trabajo.

Por otro lado, las mujeres podían pedir el divorcio, su palabra valía lo mismo que la de un hombre en un juicio y vivían solas en muchas ocasiones. "Es cierto que en las zonas rurales la sociedad era más machista, pero un poco como en España. La famila al-Asad tenía empeño en convertir a Siria en un país occidentalizado, como París o Londres, ciudades que admiraban. Así que su cultura y la nuestra no es tan distinta, por lo menos en lo ensencial. Sí encontré pequeñas diferencias culturales, como la comida, que son mucho más hospitalarios, la música, que dan mucha más importancia a la familia frente al trabajo… Hay diferencias, claro, pero igual que entre España y Alemania, por ejemplo, nada que supusiera un choche importante. Yo creo que cuando llegue a España no van a encontrar ninguna dificultad en adaptarse", concluye.

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