"Estos primeros resultados demuestran que BAE parece ser eficaz para ayudar a los pacientes a perder una cantidad significativa de peso en el corto y medio plazo. Además, en comparación con un procedimiento quirúrgico de 'bypass' gástrico, BAE es significativamente menos invasiva y tiene un tiempo de recuperación mucho más corto", ha aseverado el director del estudio, Clifford Weiss.
Este tratamiento, el cual se dirige a la hormona grelina, la que provoca el hambre, se realiza exclusivamente por radiólogos intervencionistas que usan la imagen de orientación y los catéteres para acceder a los vasos sanguíneos específicos de esta porción del estómago a través de una pequeña incisión en la piel, ya sea en la ingle o en la muñeca.
Posteriormente, el médico inyecta perlas microscópicas para disminuir el flujo de sangre a la parte del estómago, suprimiendo así algunas de las señales de hambre del cuerpo y, por tanto, reduciendo el apetito y la pérfida de peso.
De hecho, en la investigación todos los pacientes mostraron una pérdida de peso y, además, sus niveles de grelina disminuyeron y su calidad de vida mejoró a los 6 meses de haberse sometido al tratamiento.
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