La pareja, muy activa en la protección de su vida privada, consiguió a finales de septiembre que el ministerio británico de Transportes declarara zona de exclusión aérea un área de 2,4 kilómetros encima de la finca, situada en el condado de Norfolk, en el este de Inglaterra.
El decreto oficial indica que ningún avión, dron u otro objeto puede sobrevolar la zona a una altura inferior a 2.000 pies (609 metros).
Aunque el gobierno justificó la medida por razones de seguridad, la prensa asegura que servirá ante todo para evitar que los drones de los paparazzi pueden acercarse a la finca en vísperas de Navidad.
Los duques de Cambridge quieren proteger al máximo su intimidad para poder criar a sus hijos, Jorge y Carlota, lejos de las cámaras y en mayo distribuyeron una carta advirtiendo a los fotógrafos que rodean su casa de que respeten su vida privada.
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