Entreculturas pide una educación inclusiva que garantice el acceso universal

Madrid, 13 nov.- La ONG Entreculturas ha defendido hoy una educación inclusiva, que se adapte a las necesidades de cada niño y niña y no al revés, con el objetivo de que se garantice el acceso universal a la enseñanza.

"Una educación de calidad e inclusiva es el medio más poderoso para contribuir al desarrollo de las personas, transformar sus vidas y combatir la pobreza y la desigualdad", ha dicho el coordinador de Cooperación de Entreculturas, Ramón Almansa, durante la presentación del informe "Inclusión y equidad. Una educación que multiplica oportunidades".

Según un comunicado de prensa de la organización, Almansa ha recordado que vivimos en una aldea global donde el 8 % de la población acumula el 50 % de la riqueza mundial al mismo tiempo que 175 millones de jóvenes de países de ingresos bajos y medios bajos son "incapaces de leer toda una oración o parte de ella".

La responsable de Estudios e Incidencia de Entreculturas, Valeria Méndez de Vigo, ha comentado que en lugar de prevalecer la educación inclusiva, en la mayoría de los casos son los pequeños los que se deben adaptar a sistemas educativos estandarizados que no tienen en cuenta sus necesidades específicas.

Los más desfavorecidos son expulsados, en la práctica, por un sistema que no les tienen en cuenta, "perpetuando y aumentando las desigualdades", ha asegurado Méndez de Vigo.

Un ejemplo de esta realidad es el testimonio de Luis Hipólito Ordoñez, indígena maya quiché de Guatemala y coordinador del Programa de Educación Intercultural y Bilingüe de Entreculturas en dicho país, que no pudo ir a la escuela hasta los 12 años porque las clases solo se impartían en castellano.

En un comunicado, Entreculturas ha explicado que el informe, que cuenta con el apoyo de Casa de América, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) y la Campaña del Milenio de Naciones Unidas, relata tres experiencias de éxito en una educación inclusiva, la de unos niños indígenas en Guatemala, unos niños con discapacidades en Malawi y unos jóvenes en riesgo de exclusión social en España.