Trece personas detenidas en Madrid

Las cinco formas de estafar al seguro de la banda del desguace: robos, incendio...

Desarticulado un grupo que compraba coches siniestrados con el fin de adquirir su documentación y utilizarla para 'legalizar' vehículos robados de la misma marca y modelo.

Compraban los coches en desguaces y simulaban luego sus robos
Compraban los coches en desguaces y simulaban luego sus robos
Policía Nacional

Son muchos los que en algún momento han intentado 'colar' algo a su seguro. Los vehículos suelen 'protagonizar' la mayoría de estos pequeños intentos de estafa a las compañías aseguradoras, que cada vez investigan más los partes que han levantado sospechas entre sus peritos. Si nadie lo hiciera, las pólizas de todos los asegurados podrían bajar hasta 20 euros, apuntan los expertos, pero los datos no indican esa tendencia y además, desde hace unos años, se suman las pérdidas que ocasionan las mafias nacidas con el objetivo de sacar dinero a los seguros de forma más 'profesional', como el grupo delictivo que acaba de ser detenido en Madrid. Su modus operandi: comprar coches siniestrados con el fin de adquirir su documentación y utilizarla para 'legalizar' vehículos robados de la misma marca y modelo a los que luego siempre les sucedía algo por lo que tenía que indemnizar el seguro. Utilizaron varias fórmulas para ello, llegando a percibir en algunos casos de 15.000 a 35.000 euros por coche. 

Línea Directa Aseguradora ha detectado en seis años más de 500 redes organizadas dedicadas a estafar a las aseguradoras en España. El último informe publicado por AXA, en 2019 sus investigadores evitaron pagar hasta 65,7 millones de euros que hubieran sido defraudados. Ambas coinciden en que el automóvil es la trampolín más elegido para perpetrar tales actos. La organización detenida ayer refresca el conocido como 'fraude del carrusel': "Si estafan a una aseguradora lo hacen con todas", asegura Francisco Valencia, director del Área de Comunicación y Sostenibilidad de Línea Directa, a La Información. Hace años se puso de moda la conocida estafa de la rotonda en la que un coche iba dando vueltas a la espera de que entrara otro "inocente", acelerar en el momento exacto y "todos sus ocupantes simular un esguince cervical en busca de una compensación económica". En algunos casos las pasajeras eran mujeres embarazadas que se prestaban a realizar estos engaños. 

A título más particular, los investigadores han tenido ante sí talleres que pintan falsos arañazos con tiza en los coches para facturarlos a las aseguradoras, clientes que reclaman padecer un miedo insuperable a la conducción tras un siniestro y que son grabados saltándose semáforos en rojo y líneas continuas, o personas que alegan haberse quedado ciegas tras un accidente y que son capaces de caminar sin ningún tipo de ayuda o de hacer tareas domésticas sin ningún problema. Todo son casos verídicos a los que se han enfrentado los peritos de las compañías. 

Valencia recalca que desde hace unos años, y cada vez más, las aseguradoras plantan cara a las bandas organizadas como la que acaba de ser detenida y cuya forma de actuar es "una modalidad más". Tras varias gestiones, los policías detectaron que compraban turismos siniestrados a través de desguaces o de particulares para adquirir las documentaciones originales de los mismos. Una vez que tenían en su poder esta documentación, conseguían vehículos robados de las mismas marcas y modelos para 'legalizarlos', es decir, falsificarlos con la documentación de los vehículos siniestrados y ponerlos en circulación.

A partir del momento en el que conseguían doblar las matrículas,  diversificaban su modo de defraudar en cuatro modalidades diferentes. De este modo aumentaban la frecuencia de los siniestros y, con ello, los beneficios, además de evitar investigaciones por parte de las autoridades al no establecer un patrón tipo a la hora de relacionar los siniestros. Una de sus modalidades delictiva consistía en incendiar el vehículo robado, previamente falsificado, simulando un acto vandálico. De este modo, la aseguradora habría visto el vehículo ya reparado tras el robo, el cual habría quedado calcinado y en estado de siniestro total, abonando la  indemnización. 

Otra opción que esta organización empleaba era el robo con violencia. Uno de los integrantes simulaba ser víctima y denunciaba que los hechos habían ocurrido a punta de pistola. Para no levantar sospechas, se desplazaban fuera de la Comunidad de Madrid y a lugares con gran población en verano para simular encontrarse de vacaciones. Tras una simulación de delito y una denuncia falsa en Huelva, lo investigadores demostraron que la víctima no se encontraba en el lugar que manifestaba cuando le sustrajeron el vehículo, acreditando que ese coche siguió circulando con posterioridad a dicho robo. Con esta metodología, la organización llegó a recibir 15.000 euros en concepto de indemnización por un solo vehículo, explican en una nota.

La tercera modalidad descubierta consistía en reemplazar el vehículo siniestrado por otro robado, que era a su vez denunciado como sustraído tras haberlo dejado estacionado en la vía pública. Esta forma de actuar se descubrió con el caso de un coche por el que percibieron 35.000 euros en concepto de indemnización. En el transcurso de la investigación los agentes llevaron a cabo nuevas operaciones contra otros grupos criminales, especializados en las mismas modalidades de estafas a compañías aseguradoras. Asimismo detectaron otros dos nuevos métodos.

El primero de ellos consistía en adquirir un coche a través de la formalización de un leasing o renting. Para ello falsificaban nóminas con las que aparentaban una solvencia económica. Una vez en su poder, abonaban las dos primeras cuotas llevaban el vehículo a otro país donde lo matriculaban como si fuera un turismo importado. Con el coche ya legalizado en otro país, procedían a su venta a un precio inferior al del mercado, consiguiendo de este modo deshacerse rápido de él. Mediante este método, los agentes detectaron dos vehículos valorados en 100.000 euros y obtenidos de un leasing en Bulgaria, así como otros dos turismos defraudados del Reino Unido; uno de ellos fue intervenido cuando se disponían a transferirlo.

El segundo método empleado consistía en presentar una denuncia en  comisaría simulando la pérdida de la llave para cobrar el valor de la misma, ya que en muchos casos supera los 400 euros. Falsificaban estas denuncias cambiando las fechas y lugares, y las presentaban nuevamente para volver a cobrar las llaves. Los agentes detectaron la utilización de una denuncia en Alcobendas (Madrid) hasta en tres ocasiones, por lo que se procedió a detener al autor.  

Mostrar comentarios