Las explosiones --que no dejaron ni daños ni heridos-- se produjeron en un intervalo de casi una hora en los alrededores de los dos medios de comunicación, y causaron susto entre los vecinos, según autoridades.
"Este es un acto de terrorismo (...) que fundamentalmente busca crear caos, crear miedo, desestabilizar a la sociedad justamente a través de acciones como esta", señaló este jueves el fiscal encargado de las investigaciones, Paúl Ponce.
Los artefactos contenían mensajes de una organización autodenominada Frente de Liberación Nacional, en los que critica al gobierno izquierdista de Rafael Correa y reivindica un ataque con explosivos contra la sede del partido oficialista en Guayaquil el 14 de julio.
Esa acción generó daños menores en el edificio de Alianza País, aunque no se registraron heridos.
Este jueves el ministerio del Interior dijo en Twitter que, "según investigaciones", las "bombas panfletarias serían de origen casero".
El fiscal Ponce no dio pistas sobre los presuntos autores o móviles de estas acciones poco comunes en un país donde no actúan organizaciones ilegales armadas ni se registran altos índices de inseguridad.
Entretanto el Telégrafo, un diario público cercano al gobierno, condenó el hecho este jueves en su página electrónica. "Rechazamos todo acto de violencia contra el periodismo responsable, ético y público", anotó.
De su lado, El Universo, un periódico tildado de opositor por Correa, reseñó apenas la noticia sin emitir ningún pronunciamiento editorial.
El estallido de estos artefactos se registró a dos semanas de que indígenas, sindicatos y otros grupos opositores a Correa se movilicen en rechazo al gobierno, en una protesta que esperan concluya en un paro general el 13 de agosto.
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