Familia y amigos despiden a Leguineche, cuyas cenizas descansarán en Vizcaya

  • Familiares, amigos y compañeros de profesión han despedido esta tarde al periodista Manuel Leguineche en el tanatorio madrileño de San Isidro, que falleció ayer a los 72 años y cuyos restos descansarán en su aldea natal, Arrazua (Vizcaya), tras ser incinerados.

Madrid, 23 ene.- Familiares, amigos y compañeros de profesión han despedido esta tarde al periodista Manuel Leguineche en el tanatorio madrileño de San Isidro, que falleció ayer a los 72 años y cuyos restos descansarán en su aldea natal, Arrazua (Vizcaya), tras ser incinerados.

A las 17:30 horas ha cerrado sus puertas la capilla ardiente de Manu Leguineche, por la que han desfilado en las últimas veinticuatro horas infinidad de amigos y colegas que no han querido dejar de despedirse del que consideran un "maestro de periodistas" y referente para la profesión y para la sociedad.

Por allí han pasado compañeros de batallas como Gervasio Sánchez, Vicente Romero o Ramón Lobo, y otros profesionales que han alabado la figura de Leguineche como la de un periodista independiente, honesto y comprometido.

"Manu era un periodista inusual porque no era presumido, aunque tenía su vanidad; era muy trabajador, siempre tenía un tema pendiente para otro día y nunca se conformaba con lo último que hacía. Y era poco autorreferente, aunque le gustaba contar sus batallas", ha dicho a Efe Juan Cruz.

Para el periodista canario, la profesión no se queda huérfana con la pérdida de Leguineche porque "hace tiempo que lo está" y que la gente "dejó de acudir a sus referencias". "Si se hubiera acudido más a él, el periodismo sería más minucioso", ha comentado.

Andrés Aberasturi, Ignacio Camacho o Miguel Ángel Gozalo han sido otros de los compañeros que han acompañado a la familia en el último adiós a Manu Leguineche.

"Era un periodista raro porque esta profesión se ha ido deteriorando con el paso de los años y Manu consiguió mantenerse al margen de ese deterioro", ha señalado a Efe Gozalo, que ha asegurado que concebía el periodismo "no como una vocación, sino como una actitud vital", "era periodista todo el día".

Leguineche residía desde hace muchos años en la localidad guadalajareña de Brihuega, donde "se sentía como en su casa", según ha apuntado a Efe el expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda, que ha recordado que el periodista vizcaíno fue nombrado hijo predilecto de la Comunidad.

"En Castilla-La Mancha hay un gran club de gente que le tiene mucho cariño a Manu, y yo estoy en ese club", ha dicho Barreda, que ha considerado "absolutamente innecesario" glosar lo que ha significado para varias generaciones de periodistas y de ciudadanos.

La capilla ardiente ha concluido con la celebración de una misa, en la que el sacerdote que ha oficiado la ceremonia ha destacado que la vida de Manu Leguineche "ha sido un regalo de vida en esta tierra".

"Un hombre que ha pasado por la vida haciendo el bien. Nadie habla mal de él", ha indicado el sacerdote, que ha recordado que el periodista estuvo "en el infierno del odio y la guerra y supo ser buen samaritano".

"Habéis tenido mucha suerte", ha concluido dirigiéndose a familiares y amigos.

Belendiz, el barrio de Arrazua que vio nacer a este "maestro de periodistas" hace 72 años, recibirá de nuevo a su hijo más insigne, cuyas cenizas descansarán allí para siempre.

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