Festejos y fuerte seguridad para la histórica visita de Aquino al FMLI

  • El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, hará mañana una visita histórica al cuartel general del Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI) en Mindanao entre fuertes medidas de seguridad y festejos para consolidar el proceso de paz en curso.

Manila, 10 feb.- El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, hará mañana una visita histórica al cuartel general del Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI) en Mindanao entre fuertes medidas de seguridad y festejos para consolidar el proceso de paz en curso.

Las fuerzas de seguridad del Estado y del FMLI se repartirán el compromiso de velar por la seguridad de Aquino y el presidente del grupo insurgente, Murad Ebrahim, en el campamento Darapanan (antes Abubakar).

"Mañana va a ser una fiesta. Supondrá la reunión de ambas partes", manifestó la viceportavoz de la Presidencia, Abigail Valte, en una entrevista con la emisora de radio dzRB, donde calificó el viaje de histórico porque se produce en tiempo de paz.

La ocasión anterior en que un jefe de Estado filipino entró en la base del FMLI fue con Joseph Estrada en 2000, y no fue como invitado del grupo insurgente sino dentro de la "guerra total" que había lanzado contra los rebeldes y tras bombardear Campamento Abubakar, como se llamaba entonces.

En esta ocasión, Aquino y Ebrahim, quien sucedió en 2003 a Salamat Hashim al frente del FMLI tras la muerte de este, se encuentran en misión de paz y lanzarán un programa socio-económico para mejorar las condiciones sanitarias, de educación y salud de los insurgentes.

El Gobierno de Filipinas y el FMLI firmaron el pasado octubre un acuerdo marco de paz, después de 16 años de negociaciones, que contempla el funcionamiento en 2016 de un territorio autonómico islámico en el sur del país y que se llamará Bangsamoro (pueblo musulmán).

Está previsto que ambas partes rubriquen oficialmente la paz este año.

El FMLI, que ha renunciado a la independencia con este acuerdo, fue fundado formalmente en 1984 y dispone de unos 12.000 combatientes.

Entre 100.000 y 150.000 personas, al menos un 20 por ciento de ellas civiles, han muerto en cuatro décadas de conflicto separatista en el sur del país, que además ha paralizado el desarrollo de una región rica en recursos naturales y ha empobrecido a la población.

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