Francia condena al etarra Domínguez Atxalandabaso a cuatro años de cárcel

  • La justicia francesa condenó hoy al etarra Iñaki Domínguez Atxalandabaso a cuatro años de cárcel por los hechos derivados de su detención en junio de 2011 cuando, después de que la banda hubiera decretado un cese el fuego, había entrado desde Italia con material para la confección de artefactos explosivos.

París, 2 may.- La justicia francesa condenó hoy al etarra Iñaki Domínguez Atxalandabaso a cuatro años de cárcel por los hechos derivados de su detención en junio de 2011 cuando, después de que la banda hubiera decretado un cese el fuego, había entrado desde Italia con material para la confección de artefactos explosivos.

El Tribunal Correccional de París consideró a Domínguez Atxalandabaso (38 años) culpable de los cinco cargos por los que había sido imputado, aunque limitó en el tiempo el de pertenencia a la organización terrorista, en concreto desde comienzos de 2011 y hasta el momento de su arresto, por considerar que no estaba demostrado que antes de ese año hubiera estado activo en Francia.

Las tres juezas que componían el tribunal también decretaron su expulsión definitiva de Francia al término de la condena, lo que en su caso significa la entrega a España, donde tiene causas pendientes por su presunta implicación como informador del comando Vizcaya de ETA en 2004 y como formador de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Venezuela en 2006-2007.

El fiscal, Benjamin Chambre, destacó que Domínguez Atxalandabaso era "un especialista en la confección de dispositivos de activación" de explosivos, unos conocimientos que ya utilizó en la formación de los guerrilleros de las FARC.

Y que cuando fue detenido el 16 de junio de 2011 en el tren Milán-París, durante un control policial en Modane, la primera estación francesa, llevaba precisamente cinco bolsas con decenas de sistemas electrónicos "extremadamente elaborados", como los habitualmente utilizados por ETA para realizar sus artefactos.

Chambre hizo hincapié en que la vuelta a Europa de este etarra, que situó "a fines de 2010 o comienzos de 2011", y su actividad con los componentes electrónicos que llevaba encima fueron posteriores a los primeros movimientos de la banda que llevaron a declarar, el 8 de enero de 2011, el alto el fuego "permanente, general y verificable".

Por eso, el fiscal denunció "la duplicidad del discurso de ETA" que pese a esos anuncios sobre el abandono de la lucha armada "mantiene la capacidad operativa" para si se tercia "poder actuar de nuevo con atentados con explosivos". Una muestra -a su parecer- del "mantenimiento de la peligrosidad de ETA".

En España, la Audiencia Nacional lo había procesado en 2005 por su pertenencia al aparato de infraestructura e información del comando Vizcaya. A eso se sumó en 2010 la inculpación en el sumario de la vinculación entre ETA y las FARC.

En 2002, había sido condenado a 18 meses de cárcel por enaltecimiento del terrorismo en el homenaje a dos terroristas que el año anterior habían muerto en Bilbao cuando tenían entre manos un explosivo.

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