El obispo, relevado de sus funciones en 1995 al frente de la diócesis de Evreux (norte) a causa de sus posiciones, aseguró a la AFP que el encuentro con Francisco fue muy positivo.
"No vine a pedir algo, pero todo un pueblo de pobres está feliz de que me reciba y se siente reconocido", contó el obispo que le dijo al papa argentino.
"Le hablé de (... ) los enfermos, de los divorciados, de los homosexuales. Le dije que esa gente se espera mucho de él", agregó.
Gaillot, de 79 años, confesó que lo conmovió la forma tan informal con la que el pontífice lo recibió, en particular la total ausencia de protocolo.
"Es un hombre muy libre. Me preguntó si estaba acompañado por un fotógrafo, como no lo estaba, se levantó y nos tomamos una foto con el móvil", relató.
El papa argentino, jesuita de formación, suele recibir en la Casa Santa Marta, la residencia en el Vaticano donde se aloja, a personalidades públicas que han sido críticas con las posiciones oficiales del Vaticano para escuchar sus ideas aún si no las aprueba.
Se trata de gestos de reconciliación que suelen ser apreciados, sobre todo por los sectores más progresistas que por décadas encontraron cerrados los portones del palacio apostólico.
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