Fuster considera que hay que pasar del "conocimiento" al "cambio de conducta"

  • El cardiólogo Valentín Fuster, investido hoy doctor "honoris causa" por la Universidad de Zaragoza, ha señalado que la sociedad conoce perfectamente la importancia de seguir unos hábitos de vida saludables, pero le falta todavía llevar a cabo "un cambio de conducta" que conlleve la prevención de enfermedades.

Zaragoza, 9 nov.- El cardiólogo Valentín Fuster, investido hoy doctor "honoris causa" por la Universidad de Zaragoza, ha señalado que la sociedad conoce perfectamente la importancia de seguir unos hábitos de vida saludables, pero le falta todavía llevar a cabo "un cambio de conducta" que conlleve la prevención de enfermedades.

Éste ha sido uno de los argumentos esgrimidos hoy en Zaragoza por uno de los cardiólogos más prestigiosos a nivel mundial, que compagina su cargo como director del Instituto Cadiovascular del Hospital Mount Sinaí de Nueva York con el de dirigir el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III de Madrid.

Fuster ha sido investido doctor "honoris causa" por la Universidad de Zaragoza, junto al estadounidense Paul R. McHugh, especializado en psiquiatría, y director clínico del Programa de Residencia en el New York Hospital de la Universidad de Cornell.

En rueda de prensa, ha comentado que uno de los principales problemas de la sociedad de "consumo" actual es la dificultad de pasar del "conocimiento", es decir, de saber, por ejemplo, que el tabaco es perjudicial o que el ejercicio físico es beneficioso para la salud, a que se produzca un "cambio de conducta".

"Hay una gran distancia entre el conocimiento, lo que llamamos knowledge, y el cambio. No podemos esperar a que una sociedad cambie, porque eso es muy difícil, a no ser que se haga por obligación como la ley de prohibición del tabaco", ha apuntado.

A su juicio, este cambio se producirá a largo plazo mediante programas de educación destinados a niños a partir de los tres años, que es cuando se forma la conducta del adulto, y dirigida a "comunidades" específicas, es decir, a sectores de la población.

"Lo demás son propuestas genéricas que no llevan a nada, mientras la enfermedad sigue avanzando y no la estamos parando. Soy optimista", ha precisado.

En este sentido, ha añadido que parte de su trabajo en España se centra en configurar programas dirigidos a las comunidades autónomas para "promocionar la salud", no para prevenir enfermedades, porque la prevención tiene una connotación, en su opinión, "negativa".

"Se trata de mejorar la salud, hay que cambiar esa visión. Estoy en ello, pero impulsándolo desde abajo y los resultados sólo se verán a largo plazo", ha destacado.

Además, ha indicado, la enfermedad es "muy difícil" de mantener económicamente por el elevado coste que supone el tratamiento con última tecnología, lo que obliga a ir "más atrás", a la promoción de la salud, a través de modelos científicos que "existen".

Otra de las prioridades que debe tener España en los próximos años es, según Fuster, la ciencia y la tecnología y la salud.

Por ejemplo, ha destacado la relación que existe entre el cerebro y el corazón, que hace que los factores de riesgo que provocan infartos de miocardio o cerebrales sean muy "similares", según investigaciones recientes.

"Además, estos factores de riesgo que producen infartos cerebrales y de miocardio también afectan a una pequeña circulación del cerebro haciendo que progrese el Alzheimer y la enfermedad degenerativa senil como se ha comprobado con tecnología de imagen", ha apuntado. EFE

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