Sao Paulo, 26 sep.- El gas desprendido tras un incendio en un galpón que almacenaba 10.000 toneladas de fertilizantes en la localidad brasileña de Sao Francisco do Sul sí es nocivo, contrario a lo expresado ayer oficialmente, pero la intensidad de la nube de humo que cubre la ciudad se redujo, informaron hoy las autoridades.
Aunque en principio las autoridades indicaron que la nube de humo no era tóxica, el Centro de Informaciones Toxicológicas del estado de Santa Catarina, donde está localizado Sao Francisco do Sul, confirmó hoy que es "altamente tóxica y perjudicial" para la población, debido a que la genera la combustión química de nitrato de amoníaco.
"El amoniaco es altamente tóxico, pero en esa mezcla es menos agresiva al ser humano", señaló a medios locales el asesor de Comunicaciones de la alcaldía, Luis Battisti.
Además, "la nube de humo ya no está tan densa y la combustión ya disminuye", aunque la recomendación es que las personas eviten salir de casa y que no se aproximen al lugar del accidente, declaró al canal Globonews Milton Hobus, secretario de Defensa Civil del Estado de Santa Catarina, fronterizo con Argentina.
Desde el último martes, cuando ocurrió el accidente, la situación causó pánico entre los habitantes de la pequeña pero turística ciudad, que tiene playas bastante buscadas por visitantes de todo el país y de Argentina en la temporada de vacaciones.
La Alcaldía decretó estado de emergencia y evacuó a unas 400 personas, mientras que el Hospital Nossa Senhora das Graças informó a Efe de que al menos 172 personas fueron atendidas en centros médicos con síntomas de intoxicación respiratoria, de las cuales seis permanecen en estado de observación.
Una acción conjunta del Cuerpo de Bomberos, Defensa Civil, las Policías Civil y Militar y 70 socorristas voluntarios permanecen en las instalaciones de la empresa Global Lojística, para contener al expansión del humo, que llegó a extenderse hasta el litoral del vecino estado de Paraná.
El grupo trabaja para evitar que el líquido derramado contamine el nivel freático del acuífero existente en la región.
El humo comenzó en el barrio Paulas, próximo al Puerto de Sao Francisco do Sul y, por causa de los cambios de la dirección del viento, siguió para la Bahía da Babitonga, en la frontera entre Santa Catarina y Paraná.
El Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) indicó que por el mismo cambio en la dirección de los vientos, partículas de la nube pueden llegar incluso hasta el estado de Sao Paulo.
El ingeniero químico y profesor de la Universidad Federal de Santa Catarina, Antonio Wilson de Souza, explicó a Efe que el proceso de combustión no debe causar contaminaciones a largo plazo en la ciudad, pero la cantidad de nitrato puede tener impacto en la salud de las personas.
"El gran problema es la exposición de las personas al gas de amoníaco contenido en la nube y las reacciones químicas de los diversos componentes que están en el galpón es todavía una fuerte preocupación", destacó de Souza.
El especialista consideró que los "malos cuidados" en el almacenamiento pueden provocar más explosiones en el local y esa situación, según el profesional", fue la "causa más probable" de lo que el ingeniero calificó de "incendio químico".
Un grupo de investigadores del estatal Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama), de la Fundación del Medio Ambiente de Santa Catarina (Fatma) y de empresas que trabajan con fertilizantes, como la minera Vale, elaboran un informe detallado para determinar la causa del accidente.
La ONG ambientalista Instituto Ecociencia indicó a Efe que la entidad trabaja con campañas informativas para despejar las dudas de la población y evitar que se propaguen rumores que pueden causar más pánico.
"Es la primera vez que vemos un accidente de esta gravedad aquí. Hay gente que dejó la ciudad y las playas están desiertas, además comenzamos a sentir la falta de alimentos y víveres por el temor que tienen los camioneros de traerlos", relató a Efe por teléfono la ama de casa Juliana Delpadre Bagnara.
La mujer, que también reclamó por la falta de información más precisa, se quejó de la irritación en los ojos y la garganta de las personas, especialmente de los niños.
"En ningún momento fuimos llamados o instruidos para actuar frente a esta situación", expresó Bagnara.
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