Es una de las medidas para luchar contra el coronavirus que llevó a cabo la prisión de Brians 1, situada en San Esteban de Sesroviras (un municipio situado en la comarca del Bajo Llobregat, en Barcelona): instalar geles desinfectantes a lo largo de todas las instalaciones para la limpieza de manos, recomendado por las autoridades sanitarias.
El problema es que pasados unos días, los funcionarios de la prisión han tenido que verse obligados a ordenar la retirada de estos geles, después de que pillasen a un grupo de internas mezclándolo con refresco de cola para prepararse 'cubatas', según ha publicado la Cadena SER.
Los geles fueron instalados en la entrada de los módulos y también en la zona de las cabinas telefónicas, con el objetivo de garantizar aún más la higiene de las presas.
Peligro por su toxicidad
Lo peligroso del asunto es que algunos geles desinfectantes pueden resultar tóxicos, pese a no tener un alto contenido de alcohol. Pese a todo, en esta cárcel de Barcelona no se ha precisado de asistencia médica urgente.
Según explica la radio de Prisa, este tipo de combinado (refresco más gel), no es el único artesano que se ha llevado a cabo en las prisiones catalanes. En algunos centros se fabrica lo que se conoce como "chicha", una bebida de baja graduación alcohólica que elaboran a través de sobras de comida. Mezclan frutas como manzanas, peras, melocotones muy maduras... y añaden azúcar, migas de pan, yogur, agua... Con esta amalgama de alimentos, aprovechan una garrafa de lejía vacía, lo mezclan todo y lo consumen después de que hayan pasado unos días.
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