Ignacio de Loyola, contrario a que los jesuitas ocuparan cargos de poder

  • Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, no era partidario de que los jesuitas desempeñaran puestos jerárquicos en la Iglesia, ya que entendía que estas ocupaciones les separaba de su misión de atender a los pobres y necesitados.

Madrid, 13 abr.- Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, no era partidario de que los jesuitas desempeñaran puestos jerárquicos en la Iglesia, ya que entendía que estas ocupaciones les separaba de su misión de atender a los pobres y necesitados.

Así lo explica, en una entrevista a Efe, el historiador e investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Enrique García Hernán, con motivo de la publicación de su biografía sobre Ignacio de Loyola, que edita Taurus.

"Ignacio no era partidario de que los jesuitas fueran obispos ni cardenales porque entendía que esto podía dificultar su vocación y les separaba del camino de atender a los pobres y los necesitados", ha señalado.

Un rasgo que definía la mentalidad de este hombre que fundó la Compañía de Jesús y a la que imprimió una personalidad marcada por la identificación con "un Cristo pobre, humilde y obediente", volcado en la atención a los más necesitados.

Cinco siglos después de su fundación, la Compañía de Jesús vuelve ahora a la actualidad de la mano del papa Francisco, jesuita de 76 años, elegido pontífice hoy hace un mes, el pasado 13 de marzo.

"Si a Ignacio de Loyola lo hubieran elegido papa, también hubiera optado por el nombre de Francisco", relata este historiador. "Cuando le eligieron general, antes de aceptar el nombramiento, acudió a una iglesia de los franciscanos para consultar si debía aceptar o no el nombramiento", explica.

Acudió a los franciscanos porque entendía que ellos eran la "identificación máxima" con Jesucristo y no aceptó ser general hasta que obtuvo el visto bueno de un franciscano.

El papa Francisco es el primer pontífice de la Compañía de Jesús, que, curiosamente, fue suspendida en su día por el papa Clemente XIV, un franciscano. "La Compañía es una orden religiosa que ha pasado por muchas dificultades, con una historia difícil, varias veces suprimida en numerosos países y perseguida a muerte", relata.

"La supresión de la Compañía de Jesús la han intentado los Gobiernos y los papas, pero ésta sigue adelante y lo hace fuerte hasta el punto de que hoy en día contamos con un papa jesuita", añade.

Esta orden conserva en la actualidad algunas de las características que marcaban la personalidad de Ignacio de Loyola. "Tenía una gran capacidad negociadora, de mediar, de tender puentes entre ideas contrapuestas y personas enfrentadas... un don que utilizó para negociar entre príncipes, entre obispos y cardenales o incluso con el papa".

Esta capacidad la trasladó, además, a los ejercicios espirituales y, por eso, los primeros jesuitas contaban también con una habilidad negociadora.

"No se trata de una sensibilidad especial propia de la Compañía, sino de los primeros jesuitas, que se ha ido trasmitiendo de generación en generación, especialmente a través de la biografía y los primeros escritos de san Ignacio. De esta manera, los jesuitas se identifican con él y con esa capacidad negociadora", explica.

La personalidad de Ignacio de Loyola "ha marcado mucho" a los jesuitas a través de los escritos y a partir del Concilio Vaticano II y la elección del padre Arrupe como general de la Compañía de Jesús. "Se produce entonces una vuelta a los orígenes y se recupera el carisma y la figura del fundador".

Este libro, encargo de la Fundación Juan March para la colección de "Españoles eminentes", pretende recuperar la "figura desconocida" de Ignacio de Loyola que, además de fundar la Compañía de Jesús, fue un hombre de la época, soldado, paje de Juana la Loca, amante de la caza, del juego y del duelo.

"Era una personalidad seductora, que impactaba" a pesar de que padecía una desagradable enfermedad -la ocena- debido a la cual desprendía un desagradable olor, su escasa estatura y una leve cojera, "pero tenía una gran capacidad persuasiva".

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