Islamistas egipcios dicen que las amenazas militares no evitarán protestas

  • El dirigente de los Hermanos Musulmanes Esam al Arian afirmó hoy que las amenazas del jefe del Ejército egipcio, Abdel Fatah al Sisi, no impedirán que los seguidores del depuesto presidente, el islamista Mohamed Mursi, continúen sus protestas.

El Cairo, 24 jul.- El dirigente de los Hermanos Musulmanes Esam al Arian afirmó hoy que las amenazas del jefe del Ejército egipcio, Abdel Fatah al Sisi, no impedirán que los seguidores del depuesto presidente, el islamista Mohamed Mursi, continúen sus protestas.

"Si el golpe de estado tuviera seguidores habrían salido antes a la calle. Vuestras amenazas no van a impedir que millones (de leales a Mursi) salgan en concentraciones masivas y continuas", dijo Al Arian, vicepresidente del Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de la Hermandad, en su página de Facebook.

Los partidarios de Mursi reaccionaban de esta forma al discurso pronunciado hoy por el jefe del Ejército, que instó a los egipcios a salir a la calles el próximo viernes para dar su apoyo a las fuerzas armadas y la policía para acabar con la violencia en el país, donde en los dos últimos días han muerto catorce personas en disturbios.

A juicio de Al Arian, "es cierto que millones se manifestarán, pero para decir a los dirigentes del golpe de estado que están en contra de él y a favor de la legitimidad".

"Al Sisi ha dado su punto de vista, pero el pueblo tiene derecho a escuchar la otra opinión", consideró Al Arian, que se preguntó si hay algún hombre razonable en Egipto que aconseje al jefe del Ejercito liberar a Mursi, "que obtuvo la mayoría de votos en elecciones libres".

El islamista agregó que, "pese a las amenazas de Al Sisi de hundir el país en un mar de sangre, el pueblo no va a responder cuando vea a un policía que mata a mujeres, niños y fieles que rezan".

"Nuestra fuerza reside en el pacifismo y Egipto no se va a hundir en un mar de sangre", destacó el cabecilla del PLJ, que auguró que "jamás habrá una guerra civil" en el país.

Egipto se halla dividido entre partidarios y opositores a Mursi, que fue depuesto el pasado 3 de julio por el Ejército, tras las protestas multitudinarias de días anteriores que pedían elecciones presidenciales anticipadas.

Desde ese día, Mursi se encuentra en paradero desconocido retenido por las fuerzas armadas.

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