Itaipú donó 300.000 dólares y un teatro a polémica diócesis de Paraguay

  • La represa Itaipú, compartida entre Brasil y Paraguay, donó 300.000 dólares y un teatro a la Diócesis de Ciudad del Este, que está siendo investigada por una misión del Vaticano por la polémica generada por la presencia de un sacerdote argentino acusado de abusos sexuales, dijeron hoy varias fuentes.

Asunción, 22 jul.- La represa Itaipú, compartida entre Brasil y Paraguay, donó 300.000 dólares y un teatro a la Diócesis de Ciudad del Este, que está siendo investigada por una misión del Vaticano por la polémica generada por la presencia de un sacerdote argentino acusado de abusos sexuales, dijeron hoy varias fuentes.

La propia diócesis, comandada por el obispo del Opus Dei Rogelio Livieres, a la que un grupo de laicos acusa de malversar fondos, aseguró en un comunicado, emitido ante la visita de los enviados del Santo Padre, que usó los 300.000 dólares para mantener su nuevo Seminario, que atiende a unas 200 personas.

Livieres se defendió de las acusaciones del líder laico Javier Miranda de malversar las donaciones otorgadas por Itaipú y "por la dilapidación del patrimonio inmobiliario de la Diócesis" y dijo que todos los gastos se realizaron "sin desviaciones a bolsillos de particulares".

El obispo calificó a Miranda de "agitador político poco familiarizado con el rigor de la verdad".

La hidroeléctrica entregó los 300.000 dólares al inicio del episcopado de Livieres, en 2004, según dijeron hoy a Efe el portavoz de prensa de la Diócesis de Ciudad del Este, el padre David Sánchez, y un portavoz de Itaipú, mientras que el teatro fue cedido el año pasado, según los registros.

El Área Financiera de Itaipú asegura que el valor total del inmueble y la edificación existente en el lugar con una superficie de 2.836 metros cuadrados, es de 1,5 millones de dólares.

Sánchez afirmó que el cardenal español Santos Abril y Castelló, en compañía de Milton Luis Tróccoli Cebelio, obispo auxiliar de Montevideo, llegaron anoche al obispado de Alto Paraná para realizar una "visita apostólica" dispuesta por el papa Francisco "a fin de ofrecer una asistencia para bien de esa iglesia particular".

Abril y Castelló, figura de confianza del Santo Padre, arcipreste de la Basílica romana Santa María la Mayor y presidente de la Comisión Cardenalicia de vigilancia del Instituto para las Obras de Religión (IOR), ofreció esta mañana una misa en la capilla del obispado antes de hablar en solitario con algunos sacerdotes.

Por su parte, Tróccoli Cebelio se trasladó al Seminario Mayor San José, donde conversó con algunos de los seminaristas, según la fuente.

La visita se produce después del enfrentamiento de los últimos meses entre el arzobispo de Asunción, Pastor Cuquejo, y Livieres, a causa de que este último tiene como "número dos" de su diócesis al sacerdote argentino Carlos Urrutigoyti, que fue acusado en EE.UU. de abusos sexuales.

"No voy a entrar, es únicamente que el Santo Padre ha querido y quiere estar informado, tener una presencia y poder hablar entre nosotros y dialogar", explicó ayer el cardenal español a la prensa en el Palacio de Gobierno de la capital tras reunirse con el presidente paraguayo, Horacio Cartes.

Urrutigoyti, que trabaja en Ciudad del Este desde hace nueve años y desde hace dos es el segundo de la diócesis, fue acusado en 2002 por un estudiante de la Academia Saint Gregory en Pensilvania (EE.UU.) de haberle ofrecido "dirección espiritual" durmiendo con él y más tarde de asaltarlo sexualmente junto al reverendo Eric Ensey.

Esa denuncia fue seguida de al menos otras tres acusaciones de compartir cama y aproximaciones sexuales de otras personas, que se resolvieron con altas indemnizaciones, según varias fuentes.

Cuquejo sugirió en junio pasado reabrir una investigación para averiguar si son ciertas las acusaciones de abuso contra Urrutigoity, a lo que Livieres respondió llamándolo "homosexual" en actos públicos y ante medios de comunicación.

La Diócesis de Ciudad del Este invitó en un comunicado divulgado el pasado 12 de junio a que se realice "cualquier investigación o visita apostólica que se desee".

"Jamás ninguna víctima que haya sido menor ha acusado de ningún delito a Carlos Urrutigoity", según el texto, en el que se asevera que hay "solo tres acusaciones concretas presentadas debidamente contra este presbítero", pero no da detalles sobre las mismas.

Tras esas acusaciones en Estados Unidos, el prelado argentino fue suspendido en 2002 y enviado a Canadá para que le hicieran exámenes psicológicos en el Instituto Southdown, especializado en tratar a clérigos con problemas mentales.

Tanto la diócesis de Scranton, en Pensilvania, como antiguos profesores del seminario donde estudió Urrutigoity recomendaron al obispo de Ciudad del Este, al nuncio apostólico en Paraguay y al nuncio en Estados Unidos que no lo admitieran.

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