Jefe golpista maliense califica situación en el norte de Mali de preocupante

  • El capitán Amadou Haye Sanogo, jefe de la Junta Militar que derrocó el jueves al presidente Amadou Toumani Toure, calificó hoy la situación en el norte del país de "preocupante", tras la caída de la ciudad de Kidal en manos de independentistas tuareg.

Bamako, 30 mar.- El capitán Amadou Haye Sanogo, jefe de la Junta Militar que derrocó el jueves al presidente Amadou Toumani Toure, calificó hoy la situación en el norte del país de "preocupante", tras la caída de la ciudad de Kidal en manos de independentistas tuareg.

En una rueda de prensa celebrada en la capital de Mali, Sanogo pidió a sus "hermanos y socios" que se impliquen más para encontrar una solución al conflicto tuareg, que estalló el pasado enero y que amenaza la integridad territorial del país.

En su discurso, Sanogo presentó sus disculpas a la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) que ayer canceló una reunión que tenía prevista con el cabecilla militar, después de que simpatizantes del golpe ocuparan el aeropuerto de Bamako impidiendo que las delegaciones de la CEDEAO aterrizaran.

Asimismo, Sanogo ha prometido emprender los contactos con esta organización que ayer dio un ultimátum de 72 horas a Sanogo para que restaurara al presidente Touré, durante una reunión que celebró en Costa de Marfil, tras suspender el encuentro con el militar maliense.

La CEDEAO, que suspendió a Mali como miembro de la organización, ha amenazado con aplicar un embargo diplomático y económico en caso de que los militares no entreguen el poder.

La reunión de ayer en Costa de Marfil, fue auspiciada por el presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, presidente de turno de la CEDEAO.

El discurso de Sanogo se produce después de que el grupo independentista tuareg Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) anunciara la toma de la ciudad maliense de Kidal (norte) y de que militares malienses reconocieran la pérdida de las bases militares de esta ciudad.

El MNLA se levantó en armas el pasado 17 de enero para pedir la independencia de Azawad (el norte del país).

Desde entonces, los combatientes tuareg, a los que las autoridades acusan de contar con el apoyo de Al Qaeda en el Magreb Islámico, excombatientes del depuesto Muamar al Gadafi y traficantes de droga han ido ganado terreno al Ejército.

El conflicto, que ha causado alrededor de 200.000 refugiados y desplazados y numerosos muertos, aunque no existen cifras oficiales, también provocó un malestar en el seno del Ejército que acabó estallando en el golpe de estado protagonizado el pasado 22 de marzo.

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