Jennifer Lynch: "Con 'Chained' quería transmitir malestar al espectador"

  • Contenta de estar en el Festival de Sitges, donde hace cuatro años obtuvo el premio a la Mejor Película por "Surveillance", la norteamericana Jennifer Lynch ha presentado hoy su nueva y perturbadora propuesta, "Chained", con la que "quería transmitir al espectador una sensación de malestar".

Sitges (Barcelona), 9 oct.- Contenta de estar en el Festival de Sitges, donde hace cuatro años obtuvo el premio a la Mejor Película por "Surveillance", la norteamericana Jennifer Lynch ha presentado hoy su nueva y perturbadora propuesta, "Chained", con la que "quería transmitir al espectador una sensación de malestar".

Película psicológica sobre la pérdida de la infancia, "Chained" narra la relación que se establece entre un chico llamado Rabbit y su secuestrador Bob, un asesino en serie que ejerce de taxista, que obliga al joven, después de haberlo encadenado, a que la mantenga limpia y ordenada su casa, especialmente cada vez que él comete un crimen.

La directora, hija del afamado cineasta David Lynch, ha reconocido en rueda de prensa que cuando tuvo el guión en la mesa quedó aterrorizada por los personajes allí dibujados, especialmente Bob, al que ha considerado un "monstruo humano".

Sin embargo, empezó a trabajar en el proyecto y a activarse un respecto a todo lo relacionado con abusos a los niños y con lo que supone el mal en esa época de la vida.

"En esta película -ha proseguido- vemos a personas, no a personajes como el Jason de 'Viernes 13'. Es gente que está destrozada internamente, pero tal como actúa no está bien. Como sociedad deberíamos tener la responsabilidad de parar los casos de niños secuestrados, porque en el mundo son muchos".

Asimismo, ha defendido que ha armado una película en la que el espectador se siente incómodo. "Es como cuando te intoxicas después de una comida. Tienes una sensación de malestar y eso era lo que quería transmitir aquí", ha señalado.

En este sentido, Lynch ha comentado que en Estados Unidos el filme se ha restringido a menores de diecisiete años, no tanto por la violencia que narra, sino por cómo se siente el público tras salir de la sala de proyección. "La violencia te debe hacer sentir mal", ha apostillado.

La directora, que se ha mostrado cercana en su comparecencia, ha levantado aplausos entre los periodistas cuando ha aseverado que nunca tiene en cuenta si es hombre o mujer quien está detrás de la cámara, porque lo que le interesa es únicamente "si hay o no una buena historia". "Nunca me fijaré en la condición genital de la persona que hay detrás", ha aseverado.

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