Justicia uruguaya no halló pruebas de esclavitud a africanos en barco chino

  • La Justicia uruguaya no encontró pruebas de la supuesta "esclavitud" que 28 marinos africanos denunciaron haber sufrido en un barco pesquero chino y decidió archivar la investigación, informaron hoy fuentes judiciales.

Montevideo, 25 may.- La Justicia uruguaya no encontró pruebas de la supuesta "esclavitud" que 28 marinos africanos denunciaron haber sufrido en un barco pesquero chino y decidió archivar la investigación, informaron hoy fuentes judiciales.

De los testimonios recogidos, tanto de los marinos; 24 nacidos en Sierra Leona y 4 en Ghana, como del capitán y el primer oficial del barco ambos de origen chino "no surgieron pruebas de trato esclavizante", dijo la fiscal Dora Domenech, en declaraciones que publica la página digital del diario El País.

La fiscal dijo que "pudo existir" el choque de dos culturas que difieren en torno a temas vinculados con los horarios laborales y la alimentación.

Domenech explicó que los presuntos hechos denunciados "pudieron haber ocurrido en alta mar y fuera del territorio uruguayo", por lo que a la Justicia Penal "no le compete seguir investigando".

También dejó entrever la posibilidad de demandas de tipo laboral porque "ambas partes aducen incumplimiento de contrato".

Nada más desembarcar en el puerto de Montevideo, los 28 tripulantes del buque dedicado a la captura del calamar denunciaron la pasada semana haber sido maltratados, humillados, mal alimentados y no haber sido pagados tras siete meses en alta mar, lo que escandalizó a la sociedad y a las autoridades uruguayas.

Los hombres acusaron a los patrones del barco de golpearlos, humillarlos, negarles el agua potable y darles de comer exclusivamente arroz con sal en el tiempo que estuvieron en el mar, y reclamaron, con ayuda del Sindicato Único de Trabajadores del Mar del Uruguay (Suntma) el pago de su trabajo y una indemnización, además de haber presentado una denuncia penal por maltrato.

Sin embargo, ante el juez los oficiales chinos negaron los extremos planteados por los trabajadores, quienes fueron contactados en África y trasladados a China, donde firmaron sus contratos correspondientes como pescadores enrolados libremente.

Según su relato, fueron los rigores del trabajo en alta mar y las condiciones de vida a bordo a las que no estaban acostumbrados las que generaron varios desencuentros entre los africanos y los patrones chinos.

Así, afirmaron que los trabajadores recibieron agua embotellada para beber mientras hubo existencias a bordo, y que luego, al igual que el resto de la tripulación incluidos los oficiales, consumieron agua de mar tratada para consumo humano.

El capitán explicó también que la comida en los barcos chinos es por costumbre arroz y pescado y que eso es lo que recibieron los trabajadores, y que los alimentos que otros tripulantes consumían y ellos no, era porque los habían traído personalmente consigo y que no tenían porqué repartirlo.

Por otra parte, informes médicos difundidos por la Justicia uruguaya apuntaron además que ninguno de los pescadores tenía "lesiones recientes".

Los trabajadores fueron alojados en un cuartel de la Armada uruguaya mientras se define su futuro.

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